
Vapear está de moda entre los jóvenes. Lo que para ellos parece una práctica inofensiva que tiene como fin último encajar en su grupo de amigos esconde una realidad mucho más peligrosa. Ahora, un estudio confirma lo que llevan años denunciando sociedades de salud pública e incluso la propia Organización Mundial de la Salud (OMS): el vapeo es la puerta de entrada para el consumo de tabaco, alcohol e incluso marihuana.
Además, según esta investigación, publicada en Tobacco Control, esta práctica incrementa el riesgo de asma, tos, lesiones y problemas de salud mental, así como posibles neumonías, bronquitis, dolores de cabeza, migrañas, mareos/aturdimiento, reducción de los espermatozoides y mala salud bucodental. En total, los investigadores han analizado 56 revisiones que incluyen 384 estudios.
El porcentaje de jóvenes de entre 15 y 16 años que vapean oscila entre el 5,5% y el 41% solo en los países de la región europea de la OMS. En lo que respecta a España, el consumo de cigarrillos electrónicos entre los jóvenes españoles ha experimentado un aumento en los últimos años. Concretamente, más de la mitad de los jóvenes de entre 14 y 18 años (54,6%) han probado el vapeo alguna vez, un 10,3% más que en 2021, según señala la encuesta 'Estudes 2023'. Con todo, solo el 33,4% de los adolescentes españoles reconoce haber fumado tabaco en alguna ocasión.
Por otro lado, según se recoge en la última Encuesta sobre Alcohol y otras Drogas en España (EDADES), publicada por el Ministerio de Sanidad, hasta el 19% de los españoles han usado alguna vez en la vida un cigarrillo electrónico. En 2022, esta cifra alcanzaba solo el 12,1%.
Así, el actual estudio de Tobacco Control, cuya metodología se basó en una síntesis de distintas revisiones, concluyó que vapear aumenta el riesgo de comenzar en el hábito tabáquico en un 50%, y puede llegar a multiplicarse por 26.
Asimismo, el examen de cinco revisiones sistemáticas mostró una fuerte relación entre el vapeo y el consumo de sustancias, que oscilaba entre un riesgo casi tres veces mayor y seis veces mayor de consumir marihuana, un riesgo entre 4,5 y más de seis veces mayor de consumir alcohol; así como un riesgo entre 4,5 y casi siete veces mayor de consumir alcohol en exceso.
En lo que respecta a las enfermedades, el asma fue el problema de salud respiratoria más común, aumentando el peligro de padecerlo entre un 20 y un 36%. También se incrementa el riesgo de empeoramiento de los síntomas de esta enfermedad en un 44%.
Otros problemas de salud relacionados con el vapeo fueron la neumonía, la bronquitis, la disminución del recuento total de espermatozoides, los mareos, los dolores de cabeza, las migrañas y la mala salud bucodental. Sin embargo, en el estudio se reconoce que "estas pruebas se derivaron en gran medida de encuestas limitadas o series de informes".
"No obstante, dadas las asociaciones consistentes que observamos con el aumento del tabaquismo y los múltiples daños posibles para la salud y el bienestar en este grupo de edad, que son coherentes con los posibles efectos causales, las pruebas respaldan las medidas políticas para proteger a los jóvenes que no fuman de los riesgos potenciales asociados al vapeo", subrayan los investigadores. Algunas de estas medidas son la restricción de la venta de estos cigarrillos y el aumento de las restricciones publicitarias de los mismos.
La comunidad científica celebra la relevancia de estas conclusiones para la salud pública. "La consistencia de los hallazgos y la relevancia del tema para la salud pública mundial refuerzan la validez y pertinencia del trabajo", sostiene Francisca López Torrecillas, catedrática y directora del departamento de Personalidad, Evaluación y Tratamiento Psicológico de la facultad de Psicología de la Universidad de Granada.
"Si bien ya se habían publicado revisiones parciales, este es el primer umbrella review centrado exclusivamente en población joven y en un rango amplio de desenlaces (físicos y mentales), lo que representa una aportación novedosa y necesaria. Los hallazgos son consistentes con teorías previas como el efecto 'puerta de entrada' hacia el tabaquismo y otras sustancias, y añaden datos relevantes sobre salud mental (riesgo de depresión, ideación y conducta suicida), fertilidad, salud oral y lesiones", agrega.
Medidas en España
En España, entidades como la Asociación Española Contra el Cáncer llevan tiempo clamando por una regulación de los vapeadores y una equiparación entre estos y el tabaco. En una entrevista con Gaceta de Salud, su presidenta, Isabel Orbe, señaló que pidió al Ministerio de Sanidad incluir esta petición en la elaboración de su Plan Antitabaco, que pronto irá a audiencia pública.
"Claramente, el foco son los jóvenes y los nuevos dispositivos. Se está empezando a fumar con 14 años. El poder que tiene la empresa del tabaco en en el mundo entero es inconmensurable. Estos nuevos dispositivos no evitan que empiece a fumar, al revés. Hay un triple de probabilidad de que los jóvenes que han empezado con estos vapeadores acaben fumando. Y el tabaco es responsable del 35% de los cánceres: hay más de 16 vinculados al tabaco", señaló.
De hecho, en el pasado mes de junio, la ministra de Sanidad, Mónica García, aseguró durante una intervención en la Comisión de Sanidad del Congreso de los Diputados que su ley 'estrella' incluirá esta equiparación. "Quiero ser muy clara: no existe el tabaco saludable (...). No hay evidencia de que el uso de dispositivos alternativos al tabaco convencional reduzca la adicción al tabaquismo", apuntó.
De esta forma, el Gobierno busca prohibir el uso de estos dispositivos en terrazas, marquesinas de autobuses, salas de fiesta exteriores, vehículos de uso laboral, espacios al aire libre de centros docentes, instalaciones deportivas y piscinas de uso colectivo.
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