Cardiología

Una investigación abre una puerta de esperanza a pacientes con una grave enfermedad cardiaca típica de la vejez

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La estenosis aórtica es una enfermedad grave que se presenta sobre todo en la vejez. Consiste en el estrechamiento de la válvula aórtica, una de las principales válvulas del corazón y cuya función es dirigir la sangre desde el ventrículo izquierdo hacia el torrente sanguíneo. Cuando ocurre, dicho órgano se ve obligado a realizar un sobreesfuerzo que puede derivar en insuficiencia cardiaca e incluso la muerte.

Todo ello se ve agravado si, además, se le suma otra enfermedad, la amiloidosis cardíaca. Con esta patología, las proteínas amiloides -que son, por definición, tóxicas- se van depositando en el corazón y afectan a su capacidad para relajarse y llenarse.

La suma de estas dos enfermedades se conoce como estenosis aórtica con amiloidosis cardíaca concomitante y su riesgo de muerte es muy elevado. A día de hoy, el tratamiento consistía en la sustitución de la válvula, mientras que los depósitos en el músculo cardíaco a menudo no se trataban.

Ahora, un estudio llevado a cabo por la Universidad Médica de Viena (Austria) y el University College London (Reino Unido) ha encontrado una combinación que puede prolongar la vida de estos pacientes: el reemplazo de la válvula aórtica y una terapia farmacológica específica, tafamidis. Hasta ahora, no estaba claro si el tratamiento de la amiloidosis, además de la cirugía valvular, beneficiaría a los pacientes. Los resultados se publican en la revista European Heart Journal.

Para llevarlo a cabo, los investigadores principales examinaron a 226 pacientes con estenosis aórtica y amiloidosis cardíaca concomitante de 10 países diferentes. "Nuestros resultados muestran incluso que los pacientes con ambas afecciones que recibieron un reemplazo valvular y un tratamiento específico para la amiloidosis tuvieron tasas de supervivencia a largo plazo similares a las de las personas con estenosis aórtica sin amiloidosis", destaca el director del estudio, Christian Nitsche.

Otro hallazgo importante del estudio reside la importancia de un mayor esfuerzo en los diagnósticos. Alrededor del 10% de los pacientes con estenosis aórtica también padecen amiloidosis, pero a menudo esto no se detecta en la práctica clínica diaria.

"Nuestros hallazgos también sugieren que los pacientes con estenosis aórtica grave deben someterse a pruebas de detección de amiloidosis para que podamos ofrecerles opciones de tratamiento específicas que prolonguen su vida", destaca Nitsche.

Así, se trata del primer estudio de ámbito internacional que demuestra que tratar ambas enfermedades ofrece un beneficio clínico claro. De hecho, la supervivencia es comparable a pacientes sin amiloidosis.

Los contenidos publicados en Gaceta de Salud han sido elaborados con afirmaciones, datos y declaraciones procedentes de instituciones oficiales y profesionales sanitarios recogidas por un grupo de periodistas especializados en el sector. Recomendamos al lector consultar cualquier duda relacionada con la salud ante un profesional del ámbito sanitario.

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