Tecnología

Un humo "subestimado" que amenaza la salud de médicos y pacientes

El subproducto gaseoso se genera con el empleo de los equipos electroquirúrgicos.

La exposición al humo quirúrgico de una jornada en un quirófano es como fumar 27 cigarrillos. Las cifras asustan. El personal que ha estado más de 15 años trabajando en el quirófano tiene un 70% más de posibilidades de desarrollar enfermedad pulmonar obstructiva (EPOC). Es uno de los datos del estudio 'Relación entre la exposición a agentes inhalados en quirófanos y la incidencia de enfermedad pulmonar obstructiva crónica entre enfermeras estadounidenses'. Hay aproximadamente un millón de profesionales sanitarios en el mundo que conviven con este riesgo laboral en su día a día. Un hecho que parece estar olvidado por parte de las autoridades sanitarias.

"El humo quirúrgico entraña un peligro para la salud que a menudo subestimamos; ya que al igual que el del tabaco, contiene una gran variedad de sustancias tóxicas que la Unión Europea (UE) reconoce como nocivas para los humanos", lamenta Lucía Fernández, supervisora del Bloque Quirúrgico, Esterilización y Unidad de Recuperación Post-Anestésica del Hospital del Mar (Barcelona).

Se trata de un subproducto gaseoso que se genera con el empleo de los equipos electroquirúrgicos como bisturís eléctricos, láseres, unidades ultrasónicas, etc. Estos equipos se emplean aproximadamente en el 85% de los procedimientos quirúrgicos ya sea para la disección de los tejidos o para la hemostasia, es decir, el control del sangrado durante la cirugía. Son los miembros de los equipos quirúrgicos (anestesistas, cirujanos, enfermeros, etc) quienes respiran este humo que afecta a sus pulmones, ojos, nariz y garganta. Ya hay estudios que detallan que puede provocar daños directos como enfermedades pulmonares crónicas, asma, dolor de cabeza, etc; y daños indirectos, por ejemplo, tasas más altas de infertilidad. De hecho, actualmente existe una gran preocupación ya que estas partículas generadas por la combustión de materia orgánica se sospecha que podrían transmitir virus o bacterias vivos y provocar infecciones en el personal sanitario.

"El humo quirúrgico es el resultado de la combustión de materiales, especialmente de origen orgánico: sangre, partículas de tejidos, virus, bacterias, etc. Se compone de un 95% de agua evaporada y un 5% de vapores orgánicos y desechos celulares. Estos aerosoles, resultado de la combustión, se hacen visibles por la presencia de pequeñas partículas de carbono que permanecen suspendidas en el ambiente y son transportadas por el aire que respiran los profesionales", subraya la experta.

Lucia, supervisora del Bloque Quirúrgico del Hospital del Mar.
Lucía Fernández, supervisora del Bloque Quirúrgico del Hospital del Mar.

Consecuencias del humo quirúrgico

Fernández forma parte de la Asociación Española de Enfermería Quirúrgica (AEEQ), que a su vez es miembro de la coalición paneuropea Surgical Smoke Coalition (SSC). Es una coalición que reúne a diferentes partes interesadas en el tema del humo quirúrgico y sus riesgos y, por ello, aglutina una gran representación multidisciplinar de asociaciones profesionales de toda Europa. Según relata, la principal misión de la coalición es minimizar el riesgo de daño por exposición al humo quirúrgico, principalmente en los profesionales que trabajan en los quirófanos, mediante la formación y la concienciación al respecto de todas las partes implicadas. El problema también está en la "gran disparidad" legislativa que existe en Europa al respecto, por lo que la otra gran misión de la SSC es ayudar a implementar políticas comunes y legislación específica sobre el humo quirúrgico tanto a nivel nacional como en la UE. Dinamarca es el único país que cuenta con una normativa.

"La formación de las enfermeras es clave en la elección y en el empleo de los dispositivos diseñados para la evacuación de humo quirúrgico. También para lograr la concienciación de todos los miembros del equipo quirúrgico", añade.

Aunque los efectos de estos gases no los sufren solo los profesionales sanitarios, los pacientes que se someten a una intervención quirúrgica también se exponen a los riesgos: "Hay estudios que demuestran que la concentración de humo quirúrgico generado por los dispositivos electroquirúrgicos durante la cirugía laparoscópica puede provocar que, estas sustancias nocivas se absorban y pasen al torrente sanguíneo por difusión". Por lo tanto, uno de los primeros pasos es concienciar a los profesionales sobre estos peligros, al mismo tiempo que se les da a conocer las herramientas disponibles a su alcance para poder disminuir esta exposición.

Unión con las empresas de tecnología sanitaria

En la actualidad, la AEEQ está participando en una iniciativa de la Fundación de la Federación Española de Empresas de Tecnología Sanitaria (Fenin) en la elaboración de un documento de consenso a nivel nacional. El objetivo es elaborar una guía que ayude a tomar conciencia a los profesionales sanitarios y a los equipos quirúrgicos sobre el mejor manejo de los recursos disponibles. También orientará a las instituciones sanitarias sobre cómo lograr un entorno seguro para sus profesionales en cuanto a la exposición.

En palabras de Pablo Crespo, secretario general de Fenin, aunque existan protocolos y recomendaciones, actualmente no hay una legislación específica en España. "El humo quirúrgico es un riesgo que requiere del desarrollo de un marco legal que proteja a los pacientes y al personal de quirófano", expuso en un webinar.

La creación de equipos multidisciplinarios será clave para conseguirlo, tal y como apunta la supervisora: "Permite la participación de todos los profesionales implicados y tiene en cuenta todos los puntos de vista, también se genera conocimiento con la consulta de estudios recientes acerca del humo quirúrgico y con los planes de formación, se transmite el conocimiento basado en la evidencia científica; además permiten la revisión periódica de las actividades y las medidas empleadas, analizando todas las dificultades y buscando oportunidades de mejora factibles que permitan aumentar el cumplimiento en la evacuación de humo quirúrgico", indica Fernández.

Otras recomendaciones concretas las han dado la Asociación Europea de Enfermeras de Quirófano (Eorna, por sus siglas en inglés) y tienen relación con: el empleo de flujo laminar, el recambio entre 15 y 20 cambios de aire en una hora, contar con sistemas de evacuación efectivos, el uso los equipos de protección personal y asegurar la educación, la prevención y la protección, que debe estar a cargo de la empresa y ha de ser obligatoria para el personal asistencial.

Los contenidos publicados en Gaceta de Salud han sido elaborados con afirmaciones, datos y declaraciones procedentes de instituciones oficiales y profesionales sanitarios recogidas por un grupo de periodistas especializados en el sector. Recomendamos al lector consultar cualquier duda relacionada con la salud ante un profesional del ámbito sanitario.

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