Medicina Interna

Más del 70% de genes resistentes a antibióticos están en la cadena de producción alimentaria

  • Una investigación publicada en Nature pone de relieve este problema y la necesidad de frenar su propagación 
Casi 5 millones de personas mueren por resistencias antimicrobianas al año.

Las rutas de transmisión de bacterias resistentes a los antimicrobianos y a los genes RAM (AMRG) no tienen fin. Aunque ya se tenía constancia de que estaban presentes en el proceso de la producción alimentaria, un estudio publicado en Nature Microbiology ha realizado un análisis metagenómico en más de 2.000 muestras con nuevos resultados. Estas fueron recogidas de un centenar de empresas europeas y los autores subrayan la magnitud del problema y apuestan por "reorientar el uso" de antimicrobianos y diseñar políticas eficientes ofrece pistas para frenar su propagación en el sistema alimentario.

Según el estudio, se han encontrado más del 70% de los genes bacterianos conocidos de resistencia a antibióticos en la cadena de producción alimentaria. No obstante, solo una parte de ellos se considera que tienen una presencia prevalente. Hay que tener en cuenta que la rápida aparición y propagación de la resistencia a los antimicrobianos se ha convertido en una de las principales amenazas para la salud, debido a que muchas infecciones se han vuelto refractarias al tratamiento contra las resistencias. Se ha estimado que casi 5 millones de personas murieron por esta causa en 2019, es la tercera causa principal de fallecimiento en el mundo y la previsión es que las cifras sigan aumentando.

Concretamente, este análisis se enfocó en un conjunto de genes que otorgan a las bacterias la capacidad de resistir los efectos de los antibióticos que se llaman resistoma. Descubrieron que entre los genes más prevalentes estaban algunos que confieren resistencia a antibióticos como tetraciclinas, betalactámicos, aminoglucósidos y macrólidos, grupos clave en el tratamiento de infecciones humanas y animales, según indican los investigadores.

"Si bien los resultados sugieren que la carga y diversidad del resistoma es mayor en la producción de alimentos de origen animal terrestre, de acuerdo con estudios previos, esto requeriría mayor confirmación, ya que nuestro estudio fue desequilibrado y tenía una mayor proporción de productores de queso y carne y se limitó a unos pocos países europeos", matizan los investigadores, al tiempo que añaden que se necesitan más evaluaciones que incluyan más instalaciones de una gama más amplia de sectores y países de producción de alimentos.

Bacterias causantes de infecciones en hospitales

Por otro lado, otro aspecto que se ha mostrado en este estudio es que más del 60% de las muestras recogidas contenían al menos un gen de resistencia a antimicrobianos. Entre las principales bacterias portadoras de estos genes muchas pertenecen al grupo ESKAPEE, conocido por su papel en infecciones hospitalarias difíciles de tratar. En este conjunto entran: Escherichia coli, Staphylococcus aureus o Klebsiella pneumoniae.

En las conclusiones de la investigación también contradicen lo que dicen algunos estudios previos que informan de una disminución en la cantidad y diversidad de AMRG a lo largo de las líneas de procesamiento de los mataderos. Por lo tanto, esto sugiere que, aunque algunos procedimientos de procesamiento pueden ser eficaces para reducir o contener la propagación de microorganismos resistentes, la contaminación actual y otros procesos ecológicos a lo largo de las líneas de procesamiento de alimentos pueden favorecer la introducción o expansión de otros microorganismos resistentes y AMRG.

"En general, las superficies de las instalaciones y la dinámica de sucesión microbiana impulsada por las condiciones de procesamiento mostraron un mayor impacto en el resistoma de los productos finales que las materias primas. Factores como los cambios de temperatura o humedad, los cambios de pH y actividad del agua a lo largo de la fermentación y la maduración, o la frecuencia de limpieza y desinfección de superficies, entre otros, pueden facilitar la expansión de microorganismos RAM especializados adaptados a la producción de alimentos que no están presentes o que están presentes en muy baja abundancia en las materias primas, con buenas capacidades para crecer a bajas temperaturas, pH y/o actividad del agua, o para formar biopelículas en superficies de producción de alimentos", resaltan.

Los contenidos publicados en Gaceta de Salud han sido elaborados con afirmaciones, datos y declaraciones procedentes de instituciones oficiales y profesionales sanitarios recogidas por un grupo de periodistas especializados en el sector. Recomendamos al lector consultar cualquier duda relacionada con la salud ante un profesional del ámbito sanitario.

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