
Prestar atención solo a los factores de riesgo cardiovascular clásicos no resulta suficiente a la hora de diagnosticar y anticiparse a eventos cardiovasculares. Por ello, atender a un conjunto de "prefactores de riesgo" marca un nuevo camino en el cuidado de la salud cardiovascular. José Abellán Huerta, cardiólogo del Hospital General Universitario Santa Lucía de Cartagena (Murcia); José Abellán Alemán, especialista en Medicina Interna y riesgo Cardiovascular; y José Francisco López Gil, especialista en Actividad Física y Deporte y Nutrición; han dado nombre a estas características que presentan las personas sanas que sufren infartos y que están pasando inadvertidas: el Síndrome de Gulliver.
"Nos dimos cuenta de que faltaba estratificar a pacientes que sufren un infarto y no están diagnosticados de nada. Al estudiar los factores clásicos (la hipertensión, el sobrepeso y la resistencia a la insulina), vimos que el riesgo no empieza en el umbral donde se definen como factores de riesgo por sí, antes de cumplir esos criterios ya hay un aumento del riesgo cardiovascular o de sufrir un infarto", explica el cardiólogo Abellán Huerta en una entrevista concedida a Gaceta de Salud.
Se trataría de un gran paso hacia la prevención cardiovascular. Según los datos más recientes del Instituto Nacional de Estadística (INE) sobre la Estadística de Defunciones según la Causa de Muerte (EDCM), las enfermedades cardiovasculares son la principal causa de muerte en España, con alrededor de 115.889 defunciones solo en el primer semestre de 2024.

El experto asegura que hay personas que disponen de "múltiples prefactores de riesgo" cuyo potencial perjudicial se suma y entonces sí que hay un aumento patente de riesgo. Es decir, el peligro se crea cuando hay una suma de factores. Se trata de un crecimiento silencioso que está pasando inadvertido, pero su descubrimiento ha llegado para revertir esta situación. El primer paso ha sido publicar este hallazgo en la revista Frontiers in Cardiovascular Medicine.
¿Cuáles son estos factores de los que hablan? Concretamente, son cuatro:
• Presión arterial >120/80 y <140/90 mmHg
• Colesterol no-HDL entre 130 y 190 mg/dL
• Perímetro de cintura >90 cm en hombres y >80/88 cm en mujeres
• Glucemia en ayunas entre 100 y 126 mg/dL
"Esperamos que con la definición de este nuevo síndrome se pueda diagnosticar el riesgo cardiovascular de manera sencilla. La realidad es que lo sufren miles de personas sin saberlo", asegura. En definitiva, se trata de actuar antes de que sea demasiado tarde.
Diagnóstico del Síndrome de Gulliver
El diagnóstico del Síndrome de Gulliver es sencillo, en palabras de sus descubridores. Tan solo basta con una cinta métrica, un tensiómetro y una analítica. Todos ellos son instrumentos que forman parte del día a día de una consulta de atención primaria y que gracias a los cuales se puede obtener "información muy valiosa" de personas aparentemente sanas, pero con un patente riesgo cardiovascular inadvertido. Para el especialista, atención primaria es "el primer eslabón" para detectar este nuevo síndrome, ya que allí acude mucha población que, en principio, no tiene enfermedades.
De hecho, uno de los principales objetivos de este hallazgo es disminuir o incluso acabar con la inercia terapéutica, entendida como la inacción por parte del profesional de la salud ante personas que no tienen ningún factor de riesgo cardiovascular diagnosticado y con las que "ya no hay nada que hacer".
"No hacer nada es un error. Si tienen este síndrome, quiere decir que tienen un conjunto de prefactores de riesgo cardiovascular actuando en su cuerpo. La inercia terapéutica está perdiendo la oportunidad de prevenir eficazmente un aumento del riesgo cardiovascular. Con hábitos saludables, una modificación del estilo de vida, puede mejorar mucho el pronóstico de las personas en años de vida y calidad de la misma", subraya el cardiólogo.
En la actualidad se desconoce la prevalencia de esta nueva afección, pero sus descubridores aseguran que solo en España habrá miles de personas padeciéndolo. "Son los casos que escuchas 'no tenía nada, le dio un infarto y se murió'", comenta el experto. Como se trata de la suma de varios factores, lo han denominado así porque actúa de manera similar a las cuerdas de los liliputienses que atrapaban al gigante Gulliver cuando naufragó en los viajes del libro de Jonathan Swift.
El siguiente paso ya está en marcha y es la aplicación de estos criterios a grandes cohortes. Según relata Abellán Huerta, están estudiando bases de datos de miles de pacientes para averiguar y valorar la capacidad real de predicción de riesgo cardiovascular que tiene el Síndrome de Gulliver. "Esta será la forma de determinar el poder estadístico que tiene ser diagnosticado con este síndrome, que mata a diario a personas que ni siquiera saben que están en riesgo", confirma.
Los contenidos publicados en Gaceta de Salud han sido elaborados con afirmaciones, datos y declaraciones procedentes de instituciones oficiales y profesionales sanitarios recogidas por un grupo de periodistas especializados en el sector. Recomendamos al lector consultar cualquier duda relacionada con la salud ante un profesional del ámbito sanitario.