Pacientes

La caspa y otras afecciones dermatológicas pueden agravarse en verano

El cuero cabelludo es una zona con una alta concentración de glándulas sebáceas y folículos pilosos, lo que la hace muy sensible a los cambios / Dreamstine

El cuidado de la piel durante la temporada de verano suele estar centrado en la protección solar y la hidratación. Sin embargo, existe una zona del cuerpo que amerita atención y generalmente suele ser ignorada: el cuero cabelludo. La caspa y la dermatitis seborreica suelen ser enfermedades que se agravan no sólo por el aumento de las temperaturas, sino también por los cambios de hábitos.

En este sentido, el director médico y experto en cirugía capilar de la clínico Svenson, el doctor Ignacio Sevilla, ha explicado que el cuero cabelludo tiene un ecosistema propio. "Es una zona con una alta concentración de glándulas sebáceas y folículos pilosos, lo que la hace muy sensible a los cambios". Asimismo, añade que "cuando se rompe su equilibrio, aparecen síntomas como picor, enrojecimiento o escamas, que no se deben ignorar".

En el caso de la caspa, es una afección "común y, en muchas ocasiones, subestimada", que puede estar causada por el hongo 'Pityrosporum ovale', alteraciones hormonales, estrés o incluso por el uso de champús demasiado agresivos, ha señalado el experto.

Sus síntomas más habituales son la presencia de escamas blancas, picor leve y, en ocasiones, irritación. "El gran error es pensar que es solo un problema estético" aclara el doctor Sevilla. "En realidad, es una señal de que el cuero cabelludo está desequilibrado. Si no se trata correctamente, puede derivar en problemas más serios". Además, explica que el tratamiento ideal consiste en utilizar champús específicos con ingredientes antifúngicos como el ketoconazol o activos exfoliantes como el ácido salicílico.

Por otro lado, la dermatitis seborreica es una afección crónica que está relacionada con un exceso de sebo, cambios hormonales, deficiencia de zinc, estrés o el uso excesivo de fijadores. Se manifiesta con escamas grasas amarillentas, picazón intensa, enrojecimiento e incluso mal olor. A diferencia de la caspa común, suele tener un carácter más persistente y requiere un abordaje más completo.

Por último, la psoriasis es una enfermedad autoinmune que causa placas rojizas cubiertas de escamas blancas, picor severo, ardor e incluso caída temporal del cabello. A menudo se confunde con caspa intensa, pero su origen es distinto: el sistema inmunológico ataca por error a las células sanas de la piel, lo que acelera su renovación y provocando inflamación. En este sentido, Sevilla explica que "la psoriasis requiere atención médica. No basta con un champú. Es importante actuar con tratamientos específicos y seguimiento profesional".

Los tratamientos incluyen productos tópicos (con corticosteroides, derivados de la vitamina D o ácido salicílico), fototerapia (luz ultravioleta) y, en casos más severos, medicamentos orales o biológicos. Asimismo, existen técnicas avanzadas como la ozonoterapia que mejora la oxigenación celular, regenera el tejido y reduce la inflamación de forma eficaz y segura.

Los contenidos publicados en Gaceta de Salud han sido elaborados con afirmaciones, datos y declaraciones procedentes de instituciones oficiales y profesionales sanitarios recogidas por un grupo de periodistas especializados en el sector. Recomendamos al lector consultar cualquier duda relacionada con la salud ante un profesional del ámbito sanitario.

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