
El adjetivo 'intratable' asusta y más cuando le antecede 'dolor oncológico'. Sin embargo, el equipo de investigadores del que forman parte Andrew Mannes y Michael Iadarola ha dado un paso para hacer lo imposible posible. Estos científicos de los Institutos Nacionales de la Salud de Estados Unidos (NIH) han realizado el primer ensayo clínico en humanos de una nueva terapia basada en la resiniferatoxina (RTX), una molécula derivada de plantas, es decir, un analgésico no opioide. Esta investigación concluye que se trata de un agente seguro y eficaz para el control del dolor en pacientes con daño oncológico intratable.
En la publicación 'Tratamiento del dolor oncológico intratable con resiniferatoxina: un estudio provisional' de NEJM se ha cogido una muestra de 19 pacientes con dolor refractario oncológico localizado en el abdomen o las extremidades inferiores. Este grupo no conseguía calmar su dolor con las intervenciones habituales, ni siquiera consumiendo grandes cantidades de opiáceos. La intensidad del dolor se reduce en un 38%, mientras que el uso de opioides analgésicos disminuye a la mitad (un 57%). Esto se consigue a través de una única inyección con RTX inoculada en el líquido cefalorraquídeo lumbar (mediante punción lumbar) en pacientes con cáncer en etapa avanzada.
Según detalla Mannes, uno de los autores principales del estudio y jefe del Departamento de Medicina Perioperatoria del Centro Clínico de los NIH, los efectos son "inmediatos": "Esta es una posible nueva terapia de una novedosa familia de medicamentos que brinda a las personas con dolor oncológico intenso la oportunidad de recuperar cierta normalidad en sus vidas". Se refiere a que al no tener que estar durante largos periodos sedados con opioides, con el nuevo tratamiento, pudieron reanudar sus relaciones con sus familiares, amigos y comunidades.
Otras aplicaciones
La buena noticia es que este descubrimiento puede llegar a otras patologías. Según los científicos de los NIH, la RTX tiene potencial para tratar otros tipos de dolor oncológico. Por ejemplo, el dolor crónico causado por lesiones nerviosas, la neuralgia del trigémino (un trastorno de dolor facial), el dolor posquirúrgico, y los problemas inflamatorios orales crónicos tras la radioterapia de cabeza y cuello.
"Abordar nervios específicos permite que muchos trastornos de dolor estén al alcance de la RTX y permite a los médicos adaptar el tratamiento al problema de dolor del paciente. Este enfoque intervencionista es una vía sencilla para la medicina personalizada del dolor", asegura Michael Iadarola, también autor principal del estudio e investigador principal del Departamento de Medicina Perioperatoria del Centro Clínico de los NIH.
En este sentido, la RTX logra impedir que las señales de dolor lleguen al cerebro al inactivar un subgrupo específico de fibras nerviosas que transmiten señales de calor y dolor desde el tejido dañado. En la investigación especifican que la capacidad de la RTX para abrir el poro del canal en TRPV1 permite que una sobrecarga de calcio fluya hacia la fibra nerviosa y bloquee su capacidad para transmitir señales de dolor.
"La RTX corta las conexiones específicas del dolor que conectan el cuerpo con la médula espinal, pero deja intactas muchas otras sensaciones", subraya Iadarola. "Estas neuronas TRPV1 constituyen la población neuronal más importante a la que se debe dirigir para un alivio eficaz del dolor", añade.
Así, esta investigación es el punto de partida para entender cómo funciona el bloqueo del dolor. Según indican, para conseguirlo hay que impedir primero que llegue hasta la médula espinal y, desde allí, que la abandone para llegar al cerebro, donde lo percibimos. Las opciones estudiadas anteriormente para detener el dolor utilizaban productos químicos, cirugía, calor o frío para parar los nervios de forma no selectiva. Pero ahora la RTX se dirige a las vías sensoriales específicas del dolor y el calor causados por el daño tisular. Lo que hace que otras vías sensoriales (la presión, la percepción de la posición muscular, el pinchazo, el tacto y la función motora) se mantengan intactas. "Parece que solo elimina la sensación de calor y el dolor", apunta Mannes.
El protagonista de la investigación, la RTX, es un derivado de la planta euphorbia resinifera, una planta similar a un cactus originaria del norte de África. Ya antes se sabía que el extracto de Euphorbia contiene una sustancia irritante, cuyo uso en pacientes fue identificado por científicos de los NIH mediante investigación básica con células vivas observadas al microscopio. Los siguientes pasos serían realizar más ensayos clínicos que verifiquen los beneficios de esta terapia y que sea aprobada por las agencias reguladoras de medicamentos.
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