Oncología

El abordaje oncológico 360º a través de los Centros Integrales del Cáncer

Pedro Pérez Segura, jefe de Oncología Médica del Hospital Clínico San Carlos; y Claudia Valverde, oncóloga del Hospital Vall d'Hebron.

Investigación clínica activa, educación de profesionales, coordinación entre especialidades, abordaje multidisciplinar y participación del paciente. Son los pilares que sostienen un Centro Integral del Cáncer (CCC, por sus siglas en inglés) y gracias a los cuales el Hospital Universitario Vall d'Hebron fue el primero en recibir esta acreditación en nuestro país. Ser pionero a nivel nacional no es fácil, no solo por alcanzar este hito, sino por mantenerlo y ser ejemplo para el resto. El cáncer son miles de enfermedades en una y cada paciente es un universo diferente, así que es esencial contar con un espacio donde se aborde de manera global la enfermedad: desde el diagnóstico hasta el fallecimiento, o alta en los mejores casos, organizando el seguimiento posterior con Atención Primaria.

"En sanidad hacemos cosas muy bien, pero a veces falta organizarlas y dejarlas por escrito. Contar con la acreditación mejora la calidad asistencial de los pacientes y el trabajo de los propios trabajadores del centro porque se paran en pensar en las carencias y limitaciones con las que trabajan. Es un proceso de mejora continua", subraya Claudia Valverde, oncóloga médica del Vall d'Hebron.

En este centro se realiza un abordaje 360 de los tumores con todas las especialidades implicadas. Además de la necesidad de contar con numerosos profesionales sanitarios, hay una serie de requisitos que deben cumplir para pasar este 'examen' entre los que están: pertenecer a un centro hospitalario universitario o un hospital general; contar con un instituto de investigación que tenga un presupuesto anual de ocho millones; y, en tercer lugar, tener vinculación con una universidad para la docencia y formación.

De la mano del paciente

Recibir un diagnóstico de cáncer paraliza tu vida y, a menudo, el shock hace que no entiendas la información que recibes. Ante esta situación tan angustiosa, los pacientes han creado junto con los profesionales sanitarios del Vall d'Hebron una hoja de ruta para la acogida en el centro. Esta es otra de las características de estos centros integrales que contemplan todos los vértices de los tumores: la participación activa del paciente en su enfermedad y en el abordaje de la misma. Tal y como relata Valverde, en ella se incluyen cuestiones preventivas relacionadas con la dieta y el deporte.

En esta línea, el cuidado del paciente se extiende también a sus acompañantes en el duro episodio de esta enfermedad. "En las primeras visitas, la gente está más receptiva a realizar cambios dietéticos. Los familiares también cambian el modo de alimentación o siguen pautas como la deshabituación tabáquica", destaca la oncóloga.

De hecho, uno de los aspectos que tuvieron que trabajar para recibir el reconocimiento europeo fue mejorar en la participación del paciente. Aunque partían de una buena base con un programa y una oficina de participación ciudadana, ahora tienen una cita cada dos meses donde se sientan con ellos y hablan de diferentes tipos de cánceres y lo más importante: fijan un par de objetivos por año. Valverde señala que en este 2025 la meta es trabajar en una guía de supervivientes: "Antes dábamos recomendaciones al paciente al darle el alta pero no hacías un contacto ligado con Primaria, ahora tenemos indicaciones más claras y detalladas. Estará estructurado en papel. Es lo que estamos construyendo, sobre todo a petición de los pacientes porque piden más rehabilitación o trabajo social".

Desde Europa han fijado que haya 100 centros acreditados de este tipo en 2030. De esta forma, se pretende mejorar la equidad en todos los países y tener un acceso al plan oncológico de buena calidad. "A nivel nacional, estamos haciendo cursos para ayudar al resto de centros a que consigan acreditación y se mejore toda la sanidad española", destaca, al tiempo que añade que no es un proceso sencillo porque "requiere muchos cambios de mentalidad e inversión por parte también de los centros".

"Para ser un Centro Integral de Cáncer hay que organizarse y creérselo. Hay aspectos en los que flaqueamos, por ejemplo, no contamos con un registro nacional del cáncer y no podemos comparar datos. Además, se necesita un servicio de Calidad en el hospital, solo así puede lograrse que el modelo de mejora continua sea real", sostiene la especialista.

Efecto llamada a más hospitales españoles

Gracias a la acreditación del Vall d'Hebron ha habido un efecto llamada y varios hospitales españoles están en este procedimiento. Uno de ellos es el Clínico San Carlos de Madrid, que lleva nueve meses recopilando información para conseguir esta distinción. A pesar de que se cumplen todos los requisitos, es un trabajo laborioso revisar los cientos de ítems que pide la Organización Europea de Centros Integrales de Cáncer (OECI). En ello también están otros centros madrileños: el Puerta de Hierro, el 12 de Octubre, La Paz, el Ramón y Cajal, el Gregorio Marañón, La Princesa, la Fundación Jiménez Díaz y el Hospital HM Sanchinarro.

"Estos meses estamos informando al hospital, organizando grupos de trabajo y recogiendo cifras. Ya hemos remitido los primeros datos, que están relacionados con la gobernanza y aspectos cuantitativos sobre el volumen de pacientes", apunta Pedro Pérez Segura, jefe de Oncología Médica del Hospital Clínico San Carlos, a este periódico. En la segunda fase, en la que están comprometidos ahora de lleno, piden todavía más datos cualitativos y cuantitativos.

La idea es que en septiembre manden una nueva remesa de información, que el organismo europeo lo evalúe durante tres meses y les citen para hacer una auditoría externa. En palabras del especialista, durante la primera mitad de 2026 podría llegar este reconocimiento. Pero antes, habrá que emplearse a fondo para llegar a todos los requisitos con sobresaliente. Lo primero es organizar la información, donde llevan ya mucha ventaja; tras ello, hay otra parte más centrada en generar estructuras hospitalarias que interaccionen correctamente. "Muchas áreas que tienen que ver con la Oncología a veces funcionan por su lado. La investigación, la asistencia y la docencia tienen que tener una interacción más diaria y realista", resalta el jefe de Oncología Médica de este centro madrileño, quien también asegura que el papel del paciente es "muy importante". Por este motivo, han creado la Comisión del Paciente, donde han incorporado su perfil en diferentes órganos de decisión y en temas que tienen que ver con la calidad.

"Una de las fortalezas de tener la acreditación europea es formar parte de una red de centros oncológicos donde se puede aprender continuamente"

Para Pérez Segura, no hay dudas: el Hospital Clínico San Carlos ya es un referente oncológico a nivel nacional e internacional, por el volumen de actividad, por el expertise de sus profesionales y por su investigación. Pero quieren ir un paso más. "Recibir la acreditación del OECI, que es una entidad de prestigio externa, nos confirma que ofrecemos a nuestros pacientes el mejor tratamiento posible y que los profesionales que trabajan en este centro están formados y conocen bien cómo abordar los procesos oncológicos", enfatiza. Gracias a este reconocimiento, el Clínico San Carlos quiere subir un escalón más, "trabajar de manera más soberanista" y seguir en un proceso de calidad continua.

"Se trata también de revisarnos, que todos los profesionales que trabajan alrededor del tratamiento del cáncer en nuestro centro estemos alineados y coordinados, que entendamos las necesidades de los demás", destaca, al tiempo que considera como una de las fortalezas de esta acreditación el formar parte de una red de centros "donde se puede aprender continuamente".

Todo apunta que este centro será uno de los próximos nombramientos españoles y contribuirá a los retos pendientes en el campo de la Oncología. "Tenemos tres objetivos con esta acreditación: mejorar la accesibilidad a tratamientos, responsabilizarnos de los resultados en salud, y la incorporación del paciente en la toma de decisiones y en la estrategia global de la atención oncológica", recalca Pérez Segura. En resumen, una fotografía para saber en qué punto se encuentra el hospital, compararse y detectar áreas de mejora. Y que la mejora llegue al final de la cadena: el paciente.

Los contenidos publicados en Gaceta de Salud han sido elaborados con afirmaciones, datos y declaraciones procedentes de instituciones oficiales y profesionales sanitarios recogidas por un grupo de periodistas especializados en el sector. Recomendamos al lector consultar cualquier duda relacionada con la salud ante un profesional del ámbito sanitario.

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