
En la búsqueda de nuevas vías para frenar los efectos del Parkinson, un grupo de científicos de dos prestigiosas universidades ha evidenciado, en modelos experimentales realizados en ratones, nuevos tratamientos que allanan el camino para ralentizar o detener la enfermedad neurodegenerativa en humanos.
Los científicos de la Universidad de Sídney han detectado que existe una versión defectuosa de la proteína SOD1 que se acumula en las células cerebrales y contribuye al Parkinson y que la restauración de su función o modificación, con un suplemento de cobre específico, mejora la función motora.
"La proteína superóxido dismutasa SOD de tipo silvestre mal plegada está implicada en la muerte de las neuronas dopaminérgicas de la sustancia negra en la enfermedad de Parkinson. La disponibilidad reducida de cobre a nivel regional y la consiguiente reducción de su unión a la SOD1 son factores clave que impulsan el desarrollo de esta patología, lo que sugiere que la suplementación cerebral con cobre podría constituir un medio eficaz para prevenir su formación", detalla el estudio dirigido por la profesora Kay Double del Centro Cerebro y Mente publicado en Acta Neuropathologica.
En una primera instancia, el grupo de científicos identificó en 2017 la presencia de la proteína defectuosa SOD1 en los cerebros de pacientes diagnosticados con enfermedad de Parkinson. Si bien este prótido proporciona beneficios protectores al cerebro, en personas que tienen esta patología provoca que la proteína se aglomere y dañe las células cerebrales, según los expertos.
La investigación más reciente de estos científicos se ha basado en el primer informe de 2017 y han descubierto que la administración de un tratamiento farmacológico (suplemento de cobre específico) a la proteína SOD1 defectuosa mejora la función motora en ratones.
¿Cómo funciona?
Para llevar a cabo esta investigación, los científicos incluyeron dos grupos de ratones criados para presentar síntomas similares al Parkinson. Un grupo recibió un suplemento especial de cobre durante tres meses, mientras que el otro recibió un placebo.
Los ratones que recibieron el placebo experimentaron una disminución de sus síntomas motores. Sin embargo, los ratones que recibieron el suplemento especial de cobre no desarrollaron problemas de movimiento.
"Los resultados superaron nuestras expectativas y sugieren que, una vez realizados más estudios, este tratamiento podría ralentizar la progresión de la enfermedad de Parkinson en humanos. A medida que aumenta nuestra comprensión sobre esta enfermedad, descubrimos que hay muchos factores que contribuyen a su desarrollo y progresión en los seres humanos, y las formas defectuosas de la proteína SOD1 probablemente sean uno de ellos", explica Kay Double
De esta forma, los científicos se han planteado como objetivos próximos identificar el mejor enfoque para atacar la proteína SOD1 defectuosa en un ensayo clínico, lo que podría ser el comienzo de una nueva terapia para retardar el desarrollo de la enfermedad de Parkinson.
Devolviendo vida a las células dañadas
Cerca del 25% de los casos de enfermedad de Parkinson se deben a mutaciones genéticas, y la mutación genética que activa demasiado la enzima LRRK2 es una de las más comunes.
En esta línea, el grupo de científicos de la Universidad de Standford ha obtenido resultados gracias al bloqueo de la enzima LRRK2 que ha devuelto la vida a las células dañadas por el Parkinson.
Según reza el estudio publicado en Science Signaling, y recoge EP, una enzima LRRK2 hiperactiva provoca que las células pierdan sus cilios primarios, un apéndice celular que actúa como una antena, enviando y recibiendo mensajes químicos. Frenar esta enzima podría rescatar neuronas que están muriendo debido a un tipo de enfermedad de Parkinson causada por una única mutación genética.
La mutación genética provoca la hiperactividad de la enzima quinasa 2 de repetición rica en leucina (LRRK2). Un exceso de actividad enzimática de LRRK2 altera la estructura de las células cerebrales, interrumpiendo la comunicación crucial entre las neuronas que producen el neurotransmisor dopamina y las células del cuerpo estriado, una región profunda del cerebro que forma parte del sistema dopaminérgico e interviene en el movimiento, la motivación y la toma de decisiones.
"Los hallazgos de este estudio sugieren que la inhibición de la enzima LRRK2 podría estabilizar la progresión de los síntomas si se identifica a los pacientes a tiempo", destaca Suzanne Pfeffer, profesora de Ciencias Médicas.
El estudio cuenta que pueden mitigar la hiperactividad de LRRK2 mediante el inhibidor de la quinasa MLi-2 LRRK2, una molécula que se une a la enzima y disminuye su actividad.
Pfeffer agrega que debido a que la mutación genética no es la única manera de terminar con la enzima LRRK2 hiperactiva, el tratamiento con inhibidores podría ayudar con otros tipos de enfermedad de Parkinson o incluso con otras enfermedades neurodegenerativas.
Relacionados
- De la basura al botiquín: así transforman el plástico en paracetamol
- Solo un 10% de los tumores de pulmón se identifican en estadios precoces
- El estudio que desmiente el 'inflammaging': la inflamación crónica vinculada a la edad surge sólo en ciudades industrializadas
- Demuestran la relación entre Parkinson y melanoma: cómo una pequeña proteína puede conducir a nuevos tratamientos
Los contenidos publicados en Gaceta de Salud han sido elaborados con afirmaciones, datos y declaraciones procedentes de instituciones oficiales y profesionales sanitarios recogidas por un grupo de periodistas especializados en el sector. Recomendamos al lector consultar cualquier duda relacionada con la salud ante un profesional del ámbito sanitario.