
El enfermero de práctica avanzada es una 'rara avis' en el Sistema Nacional de Salud (SNS). Sin embargo, en otros países hace tiempo que se ha reconocido esta figura. Su nacimiento hace 50 años surgió para cubrir determinadas áreas donde estas profesionales sanitarias necesitaban tener más independencia y una responsabilidad mayor a la hora de tomar decisiones clínicas.
¿A qué se dedica un enfermero de práctica avanzada? Para entender su trabajo hay que empezar por saber que puede ser tanto una enfermera de cuidados generales como una especialista. Depende de las competencias que tenga asignada esa enfermera se puede convertir en una persona con mayor independencia en su trabajo. Por ejemplo, en muchos países europeos tiene la capacidad de ingresar o de dar el alta a un paciente.
Tal y como explica José Luis Cobos, vicepresidente III del Consejo General de Enfermería (CGE), pueden trabajar al mando de grupos a nivel de gestión o incorporando la prescripción enfermera, entre otras habilidades: "El enfermero de práctica avanzada tiene independencia y competencias mayores, no solamente clínicas, sino en puestos de liderazgo e incluso en investigación".
"El enfermero en práctica avanzada da confianza y seguridad al paciente"
Un dique de contención para Urgencias, un oasis de seguridad para el paciente y un ahorro para el SNS. El enfermero en práctica avanzada forma un tridente a través del cual consigue importantes logros. Amparo López desempeña esta labor con los pacientes de Reumatología del Centro de Enfermedades Inmunomediadas (Ceimi) que pertenece al Hospital Universitario Gregorio Marañón (Madrid).
Su día a día consiste en generar citas, iniciar tratamientos y controlar la evolución de la enfermedad. Concretamente, por esta consulta pasan pacientes con patologías reumatológicas (artritis reumatoide, artritis psoriásica o espondiloartritis radiográfica), enfermedad inflamatoria intestinal (enfermedad de Crohn, colitis ulcerosa), enfermedades dermatológicas (psoriasis, hidradenitis supurativa); y patologías oftalmológicas (uveítis, escleritis y manifestaciones oculares de enfermedades autoinmunes). Entre un 5% y un 7% de la población tiene una de estas afecciones.
López atiende tanto a personas con cita como a aquellos que acuden a la consulta sin estar agendados. De hecho, en esta intención de estar comunicados todo el tiempo también cuenta con un teléfono y un correo específico para resolver las dudas o problemas. En este caso, esta figura que no está reconocida a nivel ministerial, a pesar del trabajo que hacen en esta Unidad, donde sí que cuentan con su calificativo. Concretamente, son tres enfermeras con este título, una experta en Dermatología, otra en Digestivo y López en Reumatología. Casi pleno, ya que también cuentan con Oftalmología pero en este caso, no existe el enfermero especializada.
"Las enfermedades inmunomediadas están todas muy relacionadas entre sí. Todas tienen el sistema inmunológico afectado y para darle un tratamiento integral hay que atender teniendo en cuenta que puede tener una enfermedad reumatológica, digestiva, dermatológica y oftalmológica", señala López, quien lamenta no estar reconocida.
En palabras de López, la Enfermería siempre se ha caracterizado por su empatía, sus ganas de trabajar, su ilusión y por mirar por el paciente. Aunque lamenta que les afecta económicamente, asegura que el paciente es su prioridad. A la espera de que llegue este reconocimiento, algunos hospitales como el Gregorio Marañón han creado la figura de enfermero en práctica avanzada y ellas mismas se han organizado para crear sus grupos de trabajo y junto al CGE hacer una marco de actuación. De esta forma, el documento sirve para establecer criterios profesionales, deontológicos y formativos para garantizar la calidad y la competencia profesional y, en consecuencia, el desarrollo del derecho a la salud y la mejora de la atención sanitaria, según los criterios científicos actuales.
En este sentido, las patologías inmunomediadas se caracterizan por la necesidad de primar la continuidad asistencial, así como la corresponsabilidad y su empoderamiento en la gestión de la enfermedad. Hay que tener en cuenta que un paciente informado tiene la capacidad de participar activamente en el cuidado de su salud. Numerosos estudios señalan que contar con un enfermero experta en cuidados avanzados facilita la toma de decisiones compartidas, aumenta la adherencia y la satisfacción de las personas ya que repercute en una mejor calidad de vida y una actitud más proactiva en los cuidados.
Enfermedades inflamatorias y su calidad de vida
El rol de los enfermeros es esencial a la hora de educar a los pacientes, ya que en estas enfermedades crónicas influye mucho el estilo de vida. Por ello, la educación, incluida como medida no farmacológica, es el punto de partida de la intervención de Enfermería. Desde ahí se abordan los hábitos alimentarios, actividad física, consumo de sustancias tóxicas, factores emocionales y ritmos de vida.
Los enfermeros en práctica avanzada tienen una gran formación, ya que conocen los fármacos, saben los efectos que tienen, cómo manejan al paciente, sus comorbilidades, etc. Son ellas las que están en primera línea viendo las necesidades y posibles complicaciones que pueden surgir. "Damos mucha confianza al paciente y nos ven como una figura que les ayuda", asegura. "Está demostrado que ahorramos dinero al SNS, pero además, para los pacientes supone también un ahorro de tiempo, porque muchas veces evitamos que acudan a Urgencias. Somos las encargadas de valorar rápidamente el problema que tienen y si es necesario ponerles en contacto con un médico o les damos una cita, si les ponemos una medicación. Todo es mucho más fácil para ellos porque les damos un trato personalizado y saben que siempre nos van a encontrar", sostiene. No obstante, su trabajo va a la par que el del médico, en este caso el reumatólogo. Por ello, hacen visitas cada tres meses, alternando una con el reumatólogo y otra con la Enfermería.
Enfermería no para de dar pasos en el empoderamiento de la profesión. Según López, podrían "liderar lo que quisieran", por ejemplo, la investigación en la que ya participan activamente. "Los pacientes nos agradecen que trabajemos con la investigación porque se estudia con ellos. Ahora llevan una vida que no está tan limitada, antes en las consultas de Reumatología acudían en sillas de ruedas, con deformaciones grandes en las manos, etc. Por lo tanto, la investigación y la docencia son fundamentales también en nuestro trabajo", concluye.
Transformación de la Enfermería
Integrar esta figura sería avanzar un paso más para lograr que tengan plazas en convocatorias públicas. Países Bajos cuenta con un sistema sanitario adelantado en este sentido y España podría mirarse en él para tomar ejemplo. En el país de los tulipanes, todo el sistema de cobertura extrahospitalaria de Urgencias en ambulancias lo hacen enfermeros, que entran en esta denominación de 'práctica avanzada' y que incluso van solos en estos vehículos, subraya Cobos. "Aunque tengan conexión con el centro de coordinación para los procesos que necesiten apoyo médico, tienen una mayor independencia", añade.
Un enfermero con mayores competencias, con un reconocimiento académico y con preparación aportará una mayor seguridad clínica, al igual que una mayor calidad asistencial. Estos son solo algunos de los beneficios que podría traer al SNS la inclusión de estas profesionales 'mega' especializadas, independientes y empoderadas. Agilizar es una de las palabras que se pone sobre la mesa cuando se habla de esta profesional, ya que "en algunos casos, con sus conocimientos, puede resolver hasta el trabajo de dos profesionales". "Pueden agilizar algunos procesos y también toda la parte de gestión. Con ellas se mejoraría la calidad asistencial", resume el vicepresidente III del CGE, quien añade que un área donde sería relevante su papel es en Salud Pública.
"El enfermero de cuidados de la persona con inmunomediadas debe tener autonomía profesional y capacidades acreditadas para responder a las necesidades demandadas. Colabora en la realización de pruebas y tratamientos proporcionando una atención individualizada, holística, transversal y de calidad. Integra la mejor evidencia en la toma de decisiones. Participa activamente en proyectos de investigación, siendo referente en su entorno laboral, tanto para el resto de los enfermeros como para el resto del equipo", se recoge en el documento.
Desde el CGE destacan que en España se ha vivido una evolución muy grande en los últimos años a nivel académico. Tanto por el grado, como por la mejora de acceso al nivel de máster y doctorado y la implementación de especialidades. A todo ello hay que sumar que desde 2015 existe un Real Decreto que da la posibilidad de desarrollar diplomas de acreditación y acreditación avanzada, aunque solo hay desarrollado uno en el Área de los Cuidados Paliativos.
"¿Qué salidas tienen desde el punto de vista profesional y académico estas opciones?. Ya existe la regulación de las especialidades y de los diplomas, por lo que hay que ver qué es lo que necesita nuestro sistema sanitario para dar una mayor cobertura y una mejor atención a nuestros pacientes", destaca Cobos.
Por lo tanto, desde Enfermería apuestan por afianzar lo que ya está regulado, sobre todo la figura del especialista (existen seis especialidades de Enfermería en la actualidad), que en muchos casos todavía no tiene su título. Ellos representan el 20% del total de las profesionales del SNS, que rondan las 300.000 que ahora están en actividad asistencial, y todavía no tienen puestos de trabajo reconocidos. Una encuesta del Ministerio de Sanidad realizada el año pasado apunta que de más de 55.000 enfermeros en toda España, el 22,3% contaba con una especialización, aunque únicamente el 34,5% ejercía en su área de especialidad.
Un ejemplo que han puesto encima de la mesa como perfil que debe tener diploma de acreditación es el del enfermero educador en diabetes. "Es aquella que se dedicaría exclusivamente y de forma muy especializada al cuidado de los pacientes que son diabéticos. Tanto aquellos que están debutando, que son nuevos, o aquellos que ya son más crónicos, que necesitan ajustes de sus medicaciones", resaltan. Otro ejemplo que también se enmarca más en el enfermero con diploma de acreditación es el de la enfermero escolar.
¿Estos avances de la Enfermería tienen la intención de sustituir al médico? Rotundamente, no. Desde el CGE, tienen claro que no pretende abarcar las competencias de otros profesionales y que están a favor de que siga existiendo la pareja de enfermero y médico. "En muchos casos está funcionando fenomenal. Por ejemplo, la Atención Primaria tiene una consulta de enfermero y una de médico", argumenta. Por lo tanto, ningún profesional tiene que ver con miedo que sus otros 'colegas' sanitarios adquieran mayores competencias en pro de una sanidad de calidad.
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