
La resistencia bacteriana a los antibióticos sigue siendo uno de los principales factores de riesgo para la humanidad. El uso masivo de medicamentos, tanto en personas como en animales, ha estado reduciendo la eficacia de tratamientos esenciales durante años. Un estudio publicado en The Lancet advierte que actualmente mueren al año más de 1.14 millones de personas debido a la resistencia a los antibióticos, una cifra que prevén siga aumentando hasta llegar a los 1,91 millones en 2050.
La buena noticia es que, según un estudio de la Universidad de Lausana (Suiza) publicado en la revista de acceso abierto 'PLOS Pathogens', la resistencia a los antibióticos tiende a estabilizarse con el tiempo. La investigación se basó en 3 millones de muestras bacterianas recolectadas en 30 países de Europa entre 1998 y 2019.
Comprender los patrones de resistencia a largo plazo podría ayudar a los investigadores de salud pública a monitorear y caracterizar la resistencia a los medicamentos, así como a determinar el impacto de las intervenciones sobre la resistencia.
En este estudio, los investigadores Las muestras abarcaron ocho especies de bacterias importantes para la salud pública, incluidas Streptococcus pneumoniae, Staphylococcus aureus, Escherichia coli y Klebsiella pneumoniae.
"En este estudio, nos interesaba determinar si las frecuencias de resistencia a los antibióticos en Europa aumentaban sistemáticamente a largo plazo. En cambio, encontramos un patrón en el que, tras un aumento inicial, las frecuencias de resistencia tienden a alcanzar una meseta estable", Sonja Lehtinen, una de las autoras principales del estudio.
Descubrieron que, si bien la resistencia a los antibióticos aumenta inicialmente en respuesta al uso de antibióticos, no lo hace indefinidamente. En cambio, las tasas de resistencia alcanzaron un equilibrio durante el período de 20 años en la mayoría de las especies.
El uso de antibióticos contribuyó a la rapidez con la que se estabilizaron los niveles de resistencia, así como a la variabilidad en las tasas de resistencia entre diferentes países. Sin embargo, la asociación entre los cambios en la resistencia a los fármacos y el uso de antibióticos fue débil, lo que sugiere que intervienen otros factores, aún desconocidos.
No es inevitable
El estudio destaca que el aumento continuo de la resistencia a los antibióticos no es inevitable y proporciona nuevos conocimientos para ayudar a los investigadores a monitorear la resistencia a los medicamentos.
"Al analizar la dinámica de la resistencia a los antibióticos en numerosos patógenos bacterianos importantes en toda Europa y en las últimas décadas, observamos con frecuencia que la frecuencia de resistencia aumenta inicialmente y luego se estabiliza en un nivel intermedio. El consumo del antibiótico en el país explicó tanto la velocidad del aumento inicial como el nivel de estabilización", François Blanquart, uno de los autores principales del estudio.
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