La retórica antivacunas pone en jaque la aprobación de nuevos fármacos en EEUU

Curar el sarampión con hígado de bacalao y vitamina A. Eliminar el flúor del agua potable. Prohibir los pesticidas porque provocan que los niños se vuelvan transgénero... Las opiniones de Robert F. Kennedy, titular de sanidad del Gobierno de Donald Trump, comienzan a cambiar el rumbo de Estados Unidos y el mundo.

Peter Marks, director del Centro de Evaluación e Investigación de Productos Biológicos de la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA por sus siglas en inglés), ha renunciado como responsable de aprobación de nuevas vacunas, un puesto que tenía desde 2016. En el momento de su despedida señaló que mantenía diferencias irreconciliables con Kennedy a quien acusó de pedir informes a modo para promover sus teorías de conspiración.

"Como saben, estaba dispuesto a trabajar para abordar las preocupaciones del secretario sobre la seguridad y la transparencia de las vacunas... sin embargo, ha quedado claro que (Robert F. Kennedy) no busca la verdad ni la transparencia, sino una confirmación servil de su desinformación y mentiras", Peter Marks en su carta de renuncia a la FDA.

Tras la salida de Marks, los principales desarrolladores de vacunas como Moderna, Novavax, BioNTech y Pfizer registraron caídas pronunciadas en el mercado estadounidense. Algo similar sucedió en noviembre cuando, después de la victoria en las urnas, Donald Trump presentó a Kennedy como su futuro encargado de sanidad muy a su estilo: "Voy a dejar que se vuelva loco con la salud. Voy a dejar que se vuelva loco con la comida. Voy a dejar que se vuelva loco con los medicamentos".

Historia de una crisis anunciada

Este año, Estados Unidos ha registrado tres brotes importantes de sarampión en los estados de Texas y Nuevo México. La vacuna contra la enfermedad, que está erradicada en la mayoría del territorio, ha sido una de las más duramente criticadas por Robert F. Kennedy.

El secretario de Salud afirma, sin fundamentos, que la inmunidad natural contra el sarampión, es decir, aquella que obtienen las personas después de haber sobrevivido a la enfermedad sin la ayuda de vacunas, protege también en contra del cáncer y enfermedades cardíacas. Aunque Kennedy no recomienda expresamente que la población no se vacunen, reitera que es una decisión personal.

"El brote actual de sarampión en varios estados, que es particularmente grave en Texas, nos recuerda lo que sucede cuando se socava la confianza en la ciencia bien establecida que sustenta la salud pública y el bienestar", advirtió Peter Marks al momento de dejar la FDA.

Robert F. Kennedy tiene en la mira desaparecer más de 20.000 puestos de trabajo del ministerio de sanidad de Estados Unidos. Entre los departamentos más afectados se encuentra la Oficina de Enfermedades Infecciosas que se encarga de la promoción de vacunas y que se tiene previsto que desaparezca bajo la nueva administración.

Ante la imposibilidad de predecir las políticas del Gobierno de Donald Trump, los inversores caminan con cautela en los mercados, especialmente con los fabricantes de vacunas que son los que más se han visto afectados.