Medicina de Familia: pilar del sistema, no comodín del sistema

La reciente propuesta del Gobierno Vasco de reducir de cuatro a tres años la especialidad de Medicina Familiar y Comunitaria ha encendido las alarmas. Desde la Sociedad Española de Médicos Generales y de Familia (SEMG) manifestamos nuestro firme rechazo a una medida que, lejos de aportar soluciones reales, amenaza la calidad formativa y asistencial del sistema.

La Medicina de Familia no se improvisa. Es una especialidad compleja, integral, con competencias clínicas, comunitarias y relacionales que requieren tiempo, acompañamiento y maduración profesional. No puede ser tratada como un atajo formativo para resolver los problemas estructurales del sistema. Medicina de Familia: pilar del sistema, no comodín del sistema.

Reducir el periodo formativo de los futuros especialistas es, en realidad, reducir cuidados. Es poner en riesgo la calidad de la atención que recibirán millones de personas en los próximos años. Y es también lanzar un mensaje equivocado a quienes están decidiendo su vocación médica: que esta especialidad se puede ajustar, recortar o devaluar según convenga. ¿Queremos atraer talento o espantarlo?

Resulta especialmente incoherente que esta propuesta surja cuando aún no ha transcurrido ni un año desde la aprobación del nuevo Programa Oficial de la Especialidad (POE), en julio de 2024. Este programa marca un modelo formativo más completo, más exigente y mejor adaptado a las necesidades reales del sistema. El futuro de la Atención Primaria se construye con tiempo y rigor, no con improvisación ni con decisiones aisladas.

Esta medida, de aplicarse, no solo afectará a la formación de los residentes, sino también al prestigio de la especialidad y a la confianza de la ciudadanía en la calidad del sistema sanitario. Además, sienta un peligroso precedente: si una comunidad puede modificar unilateralmente la duración de una especialidad, ¿qué garantía nos queda de una formación médica homogénea y solvente en todo el país?

Desde la SEMG siempre hemos apostado por transformar y fortalecer el sistema sanitario desde la base: la Atención Primaria. Y eso comienza por la formación. Invertir en formación, no recortar en salud. Esa es la verdadera vía para garantizar calidad, equidad y sostenibilidad.

Pedimos responsabilidad, altura de miras y coherencia técnica. La solución no puede pasar por acortar una formación ya de por sí muy exigente. La respuesta debe ser construir juntos un modelo que cuide a quienes cuidan, que prestigie la especialidad y que garantice a la ciudadanía la atención que merece.

La Medicina de Familia no puede ser moneda de cambio. Es hora de defenderla, no de reducirla.