Cardiología

Por qué la donación en asistolia es clave en un trasplante infantil: así se gestó el último caso en Córdoba

Lucía y el equipo que la trasplantó en el Hospital Reina Sofía de Córdoba.
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Lucía tenía apenas tres años cuando su corazón empezó a fallar. En Sevilla, su ciudad natal, le diagnosticaron una cardiopatía restrictiva, una grave enfermedad cuyo único tratamiento curativo posible es el trasplante.

Tras el diagnóstico, la pequeña se trasladó con toda su familia a Córdoba, ya que el Hospital Universitario Reina Sofía es referente en trasplante cardíaco pediátrico. "Esta patología, en el estado hemodinámico que ella tenía cuando se diagnosticó, tiene una mortalidad muy alta. El paciente apenas sobrevive unos meses desde que debuta", explica a Gaceta de Salud Elena Gómez, que ha sido cardióloga de la pequeña desde su traslado.

Tras su llegada al centro, la pequeña comenzó a mejorar gracias a la asistencia ventricular artificial. Pero el tiempo corría en su contra para encontrar un corazón adecuado. "La asistencia ventricular que hicimos en ella permitió bajarle la presión pulmonar (su hipertensión pulmonar contraindicaba el trasplante). Este 'corazón artificial' hizo que finalmente pudiera ser candidata al mismo. Pero este soporte tiene desventajas y riesgos asociados: es preciso estar anticoagulado y y eso puede hacer que se formen trombos o aumentar el riesgo de hemorragias. Hemos tenido pacientes que han fallecido sin que le llegara un órgano o porque ha tenido una complicación tromboembólica o por una infección que no se ha podido controlar", apunta Gómez.

Y, tras la incertidumbre, el día del trasplante llegó. Ocho meses después de permanecer conectada a una máquina que bombeaba su sangre, se encontró un corazón compatible en el mismo hospital. Pero esta vez iba a ser una intervención diferente a las que se venían realizando hasta ahora en los trasplantes cardiacos infantiles. En lugar de proceder de un donante en muerte encefálica, procedía de una donación en asistolia.

"Con la donación en asistolia, el tiempo de isquemia del órgano, es decir, el tiempo que transcurre desde que se explanta del donante hasta hasta que vuelve a latir en el en el receptor, se reduce", explica la cardióloga. Así, la función del corazón, una vez que vuelve a latir, es mejor cuanto menos tiempo de isquemia ha sufrido. Con este tipo de donación, la muerte la del donante es totalmente controlada. En cambio, cuando procede de un donante de muerte encefálica que, además, suele ser de otro hospital, no es posible controlar tanto los tiempos.

En este punto, cabe aclarar que el donante en asistolia suele ser un paciente que se encuentra bajo una asistencia respiratoria y/o hemodinámica o, en general, necesita de mucha asistencia para sobrevivir, y luego ya no recuperará una vida funcional plena. En este sentido, tendrá un pronóstico neurológico malo o, incluso, fallecerá en cuanto se le retire la asistencia. En estas circunstancias, se plantea a la familia retirar el soporte vital de forma controlada, estando en un quirófano si va a ser donante de órgano.

Es entonces cuando se produce la muerte por asistolia. Una vez se certifica el fallecimiento, los cirujanos perfunden el los órganos torácicos y abdominales. La gran mayoría de estas intervenciones son trasplantes hepáticos, renales y pulmonares. "El corazón es lo más difícil de de trasplantar en asistolia", asegura Gómez.

Así, el acto de implantar el corazón a una niña tiene una gran complejidad técnica: puede haber riesgo de bloqueo mediastínico bloqueo de la conducción cardiaca; así como de fibrosis. También es muy complicado poder extraer su propio corazón para implantarle el nuevo. Además, esta pequeña tenía un corazón artificial biventricular, lo que añadía una mayor dificultad a la intervención.

Tal y como señalan desde el hospital, el trabajo multidisciplinar fue clave en la operación. "Es un procedimiento que requiere, por tanto, una gran labor de coordinación y un equipo quirúrgico experimentado, además de un trabajo exhaustivo por parte de los profesionales que llevan el caso antes y después de la cirugía", explican.

La vida después de la operación

Y la intervención fue un éxito. En breve, Lucía ya podrá volver a saltar, correr, jugar y reír. "Por supuesto, tiene que estar viniendo a revisiones, tiene que hacerse controles analíticos para evitar rechazo y prevenir posibles infecciones. Pero, tras los primeros seis meses, que es cuando está muy inmunodeprimida, llevará una vida bastante bastante normal", detalla Gómez. Tras el primer año, Lucía podrá volver al colegio. "Mucha gente dice a estos niños que no se nota que están trasplantados. Pero es que no se tiene por qué notar", agrega.

La cardióloga también rememora cómo fue transmitir a los progenitores que finalmente había un donante para su hija. "Ese día lo pasan siempre con una con una dualidad que oscila entre 'Por fin ha llegado el día' y, a la vez, un miedo atroz. Porque, en ese momento, gracias al corazón artificial está estable. Y una operación de esta envergadura siempre tiene un riesgo de fallecimiento", comenta.

De hecho, estos padres ya habían normalizado la vida en el hospital y, cuando le implantaron a Lucía el corazón artificial, ya vivieron un momento "de gran euforia" porque tanto su hígado como sus pulmones y su propia nutrición se recuperaron. "Después de haber estado tan mal, cuando ya vieron a la niña con el corazón artificial, normalizaron una vida en intensivo con controles constantes, con un corazón artificial que puede tener muchas complicaciones. Ellos estaban contentos, y a la vez deseando que llegara el órgano para poder dar el siguiente paso", ha indicado.

Se trata del primer trasplante de estas características en Andalucía. De hecho, era la primera donación en asistolia del hospital, ya que el paciente estaba ingresado en Cuidados Intensivos. Anteriormente, se habían realizado en el Gregorio Marañón de Madrid y en el Vall d'Hebrón de Barcelona.

"Todo esto está empezando. Nosotros, por ejemplo, como solo nosotros hacemos el trasplante cardíaco infantil, se plantea, cuando surja un caso en una unidad de Cuidados Intensivos de un hospital en Sevilla o Málaga, se podrá ir, pero todavía no. Necesitamos a mucha gente para eso, y aquí lo que siempre falta es gente", finaliza Gómez.

Los contenidos publicados en Gaceta de Salud han sido elaborados con afirmaciones, datos y declaraciones procedentes de instituciones oficiales y profesionales sanitarios recogidas por un grupo de periodistas especializados en el sector. Recomendamos al lector consultar cualquier duda relacionada con la salud ante un profesional del ámbito sanitario.

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