
Estornudos, comezón, ojos llorosos, garganta irritada, dolor de cabeza… los casos de alergia en España y el mundo van en aumento. Uno de los factores que más ha contribuido a este fenómeno es el cambio climático. Un estudio publicado por The Laryngoscope advierte cómo la elevación de las temperaturas, los cambios de patrones de precipitación y el aumento generalizado de dióxido de carbono han tenido un impacto directo en el número de casos de rinitis alérgica.
Los investigadores analizaron más de 500 artículos publicados entre 2000 y 2023. Los resultados demuestran cómo el cambio climático afecta la temporada de polen y su intensidad, lo que a su vez ha traído más casos de rinitis alérgica. Se aprecia un incremento de emisión de polen de entre el 16% y 40% y el periodo de alergias ha aumentado por lo menos 19 días en Norteamérica.
En resumen, el cambio climático afecta tanto a los alergenos como la calidad del aire de cuatro maneras:
- Aumento de temperaturas: estimula el crecimiento de plantas que a su vez emiten más polen. También ha provocado el desplazamiento de especies de plantas que producen alergia a nuevos lugares.
- Calidad del aire: las huellas contaminantes del mundo industrializado generan agentes contaminantes como el O3, partículas en suspensión y partículas de escape de diésel. Estos elementos empeoran la inflamación nasal.
- Cambio en patrones de lluvia: aumenta la acumulación de polen que queda atrapado en las nubes y que después es liberado en el ambiente.
- Mayores niveles de CO2: están vinculados con un incremento de esparcimiento de hongos y aceleramiento del desarrollo de las plantas, lo que a su vez aumenta la emisión de polen.
La tendencia va en línea con los datos de España publicados por el Ministerio de Sanidad. De acuerdo con las últimas cifras disponibles de 2023, más de 6,6 millones de personas han reportado una incidencia de alergias. Esto representa un aumento del 42% en relación con lo reportado en 2016. La Sociedad Española de Alergología e Inmunología Clínica (SEAIC) prevé que más de un tercio de la población mundial pueda tener alergia respiratoria en unas décadas.
"Los médicos están en una posición privilegiada para observar el impacto de la rinitis alérgica en los resultados de los pacientes y pueden adaptar su práctica a medida en la que se intensifica el cambio climático. Como voces de confianza en la comunidad, deberían aprovechar su experiencia de primera línea para abogar por un cambio significativo en la lucha contra la crisis climática", Alisha R. Pershad, una de las autoras del estudio realizado por la Facultad de Medicina y Ciencias de la Salud de la Universidad George Washington.
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