
En 2023, la Organización Mundial de la Salud (OMS) declaró que la soledad pasó a ser una prioridad sanitaria mundial y puso en marcha una Comisión sobre Conexión Social. Ese mismo año, una investigación de la Universidad de Glasgow, publicada en la revista BMC Medicine, reveló que las personas que no reciben al menos una vez al mes la visita de familiares o amigos tienen un riesgo de muerte un 39% mayor. Un demoledor dato que también afecta a las personas mayores que viven solas y quienes en varias regiones del mundo se han visto en la necesidad de tomar decisiones radicales como delinquir para encontrar en la cárcel una vía para escapar de la soledad. Aquí encuentran comida, atención médica personalizada gratuita, trabajo y, sobre todo, comunidad y apoyo de otras personas.
El aislamiento social y la soledad son determinantes sociales transversales a nivel etario y lamentablemente son desatendidos. La OMS estima que 1 de cada 4 personas mayores experimentan aislamiento social y entre el 5% y el 15% de los adolescentes sienten soledad, lo que genera un grave impacto en la salud física y mental, la calidad de vida y la longevidad.
La entidad argumenta que, en edades más avanzadas, la salud mental viene determinada no solo por el entorno físico y social, sino también por los efectos acumulativos de las experiencias de vida anteriores y los factores estresantes específicos relacionados con el propio envejecimiento. El aislamiento social y la soledad, que aquejan a cerca de una cuarta parte de las personas mayores, son "factores de riesgo clave" para padecer afecciones de salud mental (aproximadamente el 14% de los adultos de 60 años o más viven con un trastorno mental y el 10,6% de la discapacidad total) en etapas posteriores de la vida.
De acuerdo con las estimaciones mundiales de salud de la OMS, las afecciones de salud mental más frecuentes en los adultos mayores son la depresión y la ansiedad. Al mismo tiempo, muestran que, a nivel mundial, alrededor de una cuarta parte de las muertes por suicidio (27,2%) se producen en personas de 60 años o más.
La otra cara de los paraísos de la longevidad
Pese a que Japón ha sido considerado uno de los lugares "más saludables del mundo" para envejecer, en la actualidad atraviesa una "crisis pandémica" relacionada a la soledad que afecta a sus ancianos.
Según una publicación de CNN, la prisión de mujeres más grande de Japón se ha convertido en "el hogar de un número cada vez mayor de personas mayores". Y es que, la cantidad de reclusas de 65 años o más casi se cuadriplicó entre 2003 y 2022. Sintiéndose abandonadas económica y socialmente, a raíz de una "epidemia mundial de soledad", muchas mujeres japonesas mayores están recurriendo al encarcelamiento para encontrar comunidad y apoyo.
La "compañía" que les ofrece la prisión es el principal atractivo para estas mujeres mayores que sufrieron el abandono familiar, junto con las "comidas regulares, la atención médica gratuita, el cuidado de ancianos y la obligación de trabajar en las fábricas", argumentan las voces que dan vida a la publicación.
"Incluso hay gente que dice que pagaría 20.000 o 30.000 yenes (130-190 euros) al mes (si pudieran) vivir aquí para siempre", explicó al medio un funcionario de la prisión de mujeres de Tochigi, situada al norte de Tokio. "Hay gente que viene aquí porque hace frío o porque tienen hambre. Y quienes enferman pueden recibir tratamiento médico gratuito mientras están en prisión, pero una vez que salen, tienen que pagarlo ellos mismos, por lo que algunas personas quieren quedarse aquí tanto tiempo como sea posible", agregó Shiranaga.
Para algunas mujeres mayores, recurrir al delito es una vía de supervivencia. En datos, la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) informa que el 20% de las personas mayores de 65 años en Japón viven en la pobreza. El robo es el delito más común entre los presos japoneses de edad avanzada. En 2022, más del 80% de los reclusos mayores en todo el país estaban en la cárcel por robo, según el gobierno japonés.
La IA que ayuda a sentirse menos solo
En Estados Unidos un estudio revela resultados prometedores con una inteligencia artificial (IA) para enfrentar la soledad y la depresión en adultos mayores. El resultado de este desarrollo es el software Meela.
Según recoge el equipo Health del WSJ, un grupo de ancianos de una residencia en Nueva York participó en la primera fase del experimento para determinar si las llamadas telefónicas de una compañera virtual llamada Meela aliviarían la depresión y la soledad.
Entre las principales conclusiones, los investigadores demostraron que el "oyente empático", que además ofrece terapia cognitivo-conductual y conversación personalizada, puede ayudar a reducir la soledad en los adultos mayores, lo que se traduce en una "mejor salud mental".
La IA fue creada por Josh Sach, exgerente de productos tecnológicos, quien se inspiró en la historia de su difunto suegro que experimentó el aislamiento.
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