Medicina Interna

Los estudios genéticos del pasado guardan el secreto del diagnóstico de enfermedades raras

Jorge Francisco Gómez Cerezo, coordinador del grupo de Enfermedades Minoritarias de SEMI.

Los genes hablan por sí solos, pero hay que saber escucharlos. La capacidad de diagnóstico genético ha evolucionado a una velocidad vertiginosa, tanto que estudios de enfermedades raras con una antigüedad de hace diez o cinco años podrían ser claves ahora para la detección de patologías minoritarias en el presente. Un estudio publicado en Orphanet Journal of Rare Diseases detalla que los españoles tardan seis años en obtener un diagnóstico de una de las 7.000 enfermedades raras que se conocen en la actualidad en todo el mundo.

"Hace unos años, con mucho esfuerzo y coste, se conseguía el diagnóstico de mutaciones concretas de un solo gen. Es decir, se sospechaba una enfermedad y se estudiaba el gen que se consideraba ligado a esa enfermedad", explica Jorge Francisco Gómez Cerezo, coordinador del grupo de Enfermedades Minoritarias de la Sociedad Española de Medicina Interna (SEMI). Avanzar en el campo de la genética como vía para el diagnóstico resulta esencial, ya que el 80% de las enfermedades minoritarias tiene su origen en mutaciones de uno o más genes.

En la actualidad, es posible hacer los llamados 'paneles de genes'. "Ante una situación clínica, se pueden solicitar múltiples genes y sus modificaciones, a un coste menor y muy accesible. Esto es lo que ha condicionado que se pueda hacer una relectura de casos en los cuales el informe genético fue insuficiente o no obtuvo resultados concluyentes. Con esta nueva perspectiva puede llegarse a un diagnóstico definitivo", añade. Poner nombre a la enfermedad es un paso que suele ir acompañado de un acercamiento al tratamiento y un mejor pronóstico.

Se trata además de una cadena, ya que por cada enfermedad rara diagnosticada, se pueden detectar otros familiares afectados que incluso son asintomáticos, ya que el factor hereditario es muy potente. Concretamente, se calcula que por cada diagnóstico puede haber "hasta cinco familiares de media con la misma mutación y diversos grados de afectación".

No bastará solo con rescatar los estudios realizados en la última década, el médico internista necesita una formación extra sobre aspectos básicos como son los tests genéticos, cómo interpretarlos o qué tipo de información deben pedir. "Los internistas entienden al paciente de una forma integral. Son los más capacitados para saber de genética, por ello, habría que incluirla más en la Universidad, así como estimular el conocimiento de esta materia en máster", recalca.

El internista, figura líder en genética

En la actualidad, los paneles génicos se alzan como la principal herramienta que se usa para el diagnóstico genético de un paciente con sospecha de enfermedad rara. Estos incluyen una serie de genes que podrían estar implicados en el origen de un síntoma o alteración orgánica, si bien se han de actualizar constantemente, a medida que se conocen nuevas mutaciones y genes implicados en el origen de estas enfermedades.

Otra opción con la que trabajan los profesionales sanitarios es la secuenciación del exoma completo. En este caso, el tiempo de interpretación y el coste económico son mayores, pero aporta más información que los paneles. Por último, para los casos más complicados, se usan herramientas más complejas como la secuenciación de lecturas largas ("long-reads") de determinados genes, la secuenciación del ARN (transcriptómica) o la secuenciación del genoma completo de un paciente (actualmente solo en el ámbito de investigación clínica).

"El internista es una figura fundamental en aquellos hospitales en los que se establecen Unidades de Enfermedades Raras. Sería necesario conseguir que aumentara el número de especialistas y que fueran los referentes de las patologías minoritarias. Capaces de gestionar tanto al paciente que viene desde Atención Primaria, como el que se va a dirigir a otras especialidades o incluso a los Centros, Servicios y Unidades de Referencia del Sistema Nacional de Salud (CSUR)", concluye.

Proyecto 100.000 genomas

Reino Unido ha marcado ya el camino. Con su proyecto reciente llamado '100.000 Genomas' ha conseguido identificar asociaciones significativas entre genes y variantes en 165 casos conocidos y 141 totalmente nuevos, se aplicó a 72.690 genomas. Tal y como se especifica en el artículo publicado en Nature, varias de las variantes fueron respaldadas por la evidencia experimental existente, que ya han revisado los vínculos entre genes específicos y patologías como la diabetes monogénica, la esquizofrenia y la epilepsia. Para sacarlos a la luz han utilizado una herramienta llamada geneBurdenRD, que cuenta con estadísticas y filtros de variantes raras para enfermedades hereditarias. Se trata de un proyecto liderado por las científicas Letizia Vestito y Valentina Cipriani con el auspicio del gobierno británico.

Los contenidos publicados en Gaceta de Salud han sido elaborados con afirmaciones, datos y declaraciones procedentes de instituciones oficiales y profesionales sanitarios recogidas por un grupo de periodistas especializados en el sector. Recomendamos al lector consultar cualquier duda relacionada con la salud ante un profesional del ámbito sanitario.

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