
El presidente de Cinfa, Enrique Ordieres, ha plasmado la realidad de los precios de los medicamentos genéricos en España con un ejemplo y una afirmación. Lo hizo con un envase de furosemida en la mano, un diurético que se dispensa a 1,06 euros a PVPIVA en las farmacias españolas, para asegurar que "esto no es sostenible ni tiene futuro". No es un juicio más, porque se trata del responsable de la compañía que más fármacos vende en el mercado español.
Tampoco es un caso anecdótico, ni mucho menos. Más de la mitad de los fármacos se comercializan a precios a PVL inferiores a 1,6 euros y casi siete de cada diez (68%) marcan precios por debajo de 3 euros.
Lo que subyace detrás de estas tarifas reguladas por el Estado es la propia sostenibilidad de un modelo de acceso a los medicamentos a través de 22.222 oficinas de farmacia distribuidas por todo el territorio y de una industria de genéricos que mantiene 21 plantas en España, donde fabrica tres de cada cuatro fármacos dispensados en la red de boticas.
Son precios -hay que subrayar- que sostienen la inversión en la fabricación, los recursos humanos, el acondicionamiento del envase con dispositivos de serialización y antifalsificación, además de los márgenes de la cadena del medicamento, de farmacéuticos y distribuidores, como recordó Ordieres en una reciente jornada organizada por AESEG, la patronal de la industria de medicamentos genéricos, sobre el valor social y la aportación a la autonomía estratégica sanitaria.
Durante el encuentro la presidenta de Aeseg, Mar Fábregas, se hizo las siguientes preguntas que traducen el sentir de los fabricantes de genéricos y apuntan la dirección de las alegaciones presentadas por esta patronal al Anteproyecto de Ley de Medicamentos y Productos Sanitarios, que se encuentra en tramitación: ¿Por qué España, siendo el segundo país europeo en fabricación de genéricos, tiene una cuota de penetración en el mercado (42% en volumen) que está por debajo de la media europea (60%)? o ¿por qué el genérico tan solo ocupa el 50% del mercado de medicamentos sin patente? Interrogantes que se resumen en una última cuestión: ¿cuál es el motivo del estancamiento del sector en los últimos diez años? La propia Fábregas avanzó la razón: la retirada de todas las medidas que permitieron el despegue de los genéricos en España hace ya 27 años.
El Ministerio de Sanidad es consciente de esta situación, pero el anteproyecto genera más inquietud que certidumbre a un sector escarmentado por las continuas bajadas de precios de los genéricos.
Si bien la norma plantea una revisión al alza de los precios más bajos de los medicamentos y productos sanitarios que permita garantizar su mantenimiento en el mercado, y cuyo coste para las arcas autonómicas se calcula en 320 millones de euros, también introduce un sistema de precios seleccionados con el que pretende ahorrar 800 millones de euros. Este modelo ha provocado el rotundo rechazo de todos los agentes del sector (laboratorios, distribuidores y farmacéuticos).
Este polémico sistema de precios incluye ofertas de precio a la baja cada seis meses, a modo de subastas que Sanidad niega, en aquellas agrupaciones de medicamentos fuera de patente donde no exista suficiente competencia a juicio del Ministerio. El nivel de penetración de los medicamentos genéricos en el mercado, junto con el consumo de envases y el gasto o la garantía de suministro decidirán la creación de esta nueva cesta de precios seleccionados.
Predecible y sostenible
Sanidad no rectifica, de momento, aunque sigue abierto al diálogo. Sí propone modificar el actual sistema de precios de referencia para dar un año de margen a la comercialización del medicamento genérico o biosimilar antes de que se formen los conjuntos de referencia, con el fin de que las compañías ganen cuota de mercado durante este periodo. Se trataría de una medida alineada con las demandas de Aeseg que, en sus alegaciones, también busca una diferenciación de precios entre genéricos y marcas para elevar su cuota de penetración, estancada en torno al 40% desde hace una década, así como el incremento de la prescripción por principio activo, que supera ligeramente el 50% de las recetas, con el fin de que el sector gane en volumen.
Aeseg da solución a los problemas abiertos por el sistema de precios seleccionados y propone, en su lugar, un modelo alternativo de precios que aporte predictibilidad a las compañías y sea sostenible al mismo tiempo. Se trataría de un sistema de precios dinámico, basado en el análisis de las cuotas de mercado de las moléculas que se encuentren estancadas, que permitiría planificar y gestionar el stock en toda la cadena.
Enrique Ordieres evidencia los problemas del modelo de Sanidad desde su visión empresarial: "Hoy compramos la materia prima de lo que vamos a vender en 12 meses, cuando te pueden cambiar el precio y el volumen; ¿cómo vamos a prever una inversión sin una demanda predecible?".
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