
Socialmente, solemos decir que el que no arriesga, no gana. Sin embargo, en el mundo de la investigación científica el castigo por ponerse "creativo" puede ser severo.
Cambiar de campo de estudio puede generar consecuencias negativas para el investigador. Un estudio publicado en la revista Nature a finales de mayo analiza más de 26 millones de artículos publicados entre 1970 y 2015. El equipo a cargo del proyecto ha concluido que, a medida en que un científico se aleja del área de conocimiento por el que es reconocido, tiende a ser menos citado.
Asimismo, cuanto más grande sea el tamaño del pivote, menor es la probabilidad de que un artículo se ubique entre el 5% de los más citados en su campo ese año. De manera similar, es más difícil para los científicos publicar sus artículos después de cambiar de área.
"La 'penalización por pivote' se generaliza en todos los campos, etapas profesionales, niveles de productividad, contextos de colaboración y financiación, por lo que pone de relieve la amplitud y profundidad del desafío para adaptarse. En general, los hallazgos sugieren que hay algunos desafíos importantes y crecientes para adaptarse eficazmente a las nuevas oportunidades y amenazas, lo que tiene implicaciones para los investigadores individuales, las organizaciones, las políticas científicas y la capacidad de la ciencia y la sociedad en su conjunto para afrontar las demandas emergentes", han advertido los autores del estudio.
Entre más se aleja un investigador de su campo de estudio, más queda relegado en el mundo de la academia. El artículo explica que un cambio moderado o pequeño sería similar a, por ejemplo, pasar de analizar los virus de la influenza que transmiten los murciélagos, a concentrarse sólo en el SARS-CoV-2 que causa la enfermedad del COVID-19. Por el otro lado, un "pivote" grande sería pasar de analizar estadísticas criminales, a estudiar enfermedades respiratorias.
Una de las conclusiones es que todavía falta mucho camino por recorrer. La ciencia debe adaptarse constantemente a los nuevos retos y oportunidades, pero los investigadores suelen ser castigados por ello y carecen de incentivos. Así como hay una correlación en cuanto al tamaño del cambio con el tipo de consecuencia, los científicos jóvenes suelen ser menos castigados por cambiar de campo de estudio que los de edad más avanzada.
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