
El sistema sanitario vive un proceso de transformación digital constante. En este escenario, aparece la figura de la inteligencia artificial (IA) como una suerte de copiloto del médico o una herramienta que debería ser clave para aumentar la seguridad de los pacientes, mejorar los resultados en salud y aumentar la productividad. Julio Mayol, médico y director técnico del Instituto de Investigación Sanitaria San Carlos, en entrevista con Gaceta de Salud, ha manifestado que pese a estos avances, aún no existe una estrategia definida, ni una medición de resultados que permitan una correcta planificación del proceso asistencial.
Pregunta: Inteligencia Artificial: ¿copiloto o amenaza en el diagnóstico?
Respuesta: Lo fundamental es decidir el por qué y el para qué se utiliza la tecnología. La IA es una tecnología que en su formato actual es relativamente reciente. La cuestión es plantearnos si queremos mejorar la capacidad diagnóstica, la exactitud diagnóstica o los resultados en los pacientes.
La IA no es una herramienta diagnóstica, es una herramienta que debe aumentar la seguridad de los pacientes en todo su ciclo asistencial completo. Además, debe llevarnos finalmente a mejorar los resultados en salud, no solo de un grupo pequeño de individuos, sino todos aquellos que necesiten asistencia en la sociedad.
P: ¿Qué logros se han conseguido con la IA en el Sistema Nacional de Salud?
R: Hay algunas cosas que se están haciendo, pero todavía no hemos definido dónde queremos llegar. Por tanto, los avances no son muy significativos. Sin embargo, hay una parte de la cirugía robótica donde sí se ha conseguido aumentar la seguridad del paciente en intervenciones que existe riesgo de operar el lado equivocado como podría ocurrir en la cirugía ortopédica… Utilizar sistemas expertos de estas tecnologías hace que no se pasen por alto algunas lesiones.
P: ¿Cómo podría el modelo de lenguaje articulado Medical Intelligent Sports de Google contribuir a un diagnóstico diferencial integral?
R: Hay muchas (contribuciones) teóricas porque son capaces de leer patrones. Y ya lo puede hacer cualquier sistema con diagnóstico diferencial el cual es bastante bueno, incluso mejor que la media de los humanos. El problema es con quién lo comparamos, ¿con el promedio de los humanos? Pues lo hacen razonablemente bien y además no se cansan: trabajan 24 horas al día, siete días a la semana y tienen capacidad para aumentar la productividad.
Las herramientas pueden ser útiles para mejorar diagnósticos diferenciales… la cuestión es dónde creamos el siguiente cuello de botella.
P: Sobre la Ley para el buen uso y la gobernanza de la inteligencia artificial, ¿qué herramientas podrían controlar la información que manejan estas tecnologías?
R: El reto fundamental es en los humanos: la ingeniería social. Es cómo educarnos, cómo promover comportamientos éticos que nos permitan vigilar las máquinas y que no se utilicen de manera errónea. Ahora mismo no tienen autonomía. Todavía no estamos en un modelo de IA general, así que tenemos que olvidarnos de que las máquinas sean responsables de nada. Los responsables somos los humanos.
P: Un directivo o gerente de hospital que no use la IA, ¿tiene los días contados?
R: Un gerente que no utilice la IA tiene dos problemas. Primero, va a sufrir la competencia de otros que sí la utilizan y por tanto va a correr riesgo por su disminución en la productividad. Segundo, va a ser responsable del retraso de su propia organización. Un gerente que no sepa de IA va a hacer que su organización no pueda incorporar de manera ética nuevas herramientas que les ayuden a sus profesionales, no solo para hacer más cosas, sino hacerlas mejor.
P: ¿Qué es la cirugía basada en valor e innovación quirúrgica?
R: (Me refiero) a obtener los resultados que importan a los pacientes y su experiencia. Es decir, no solo vale obtener resultados técnicos adecuados, sino que tenemos que incluir la experiencia de las personas y su valoración sobre lo que estamos obteniendo, no solo desde el punto de vista individual, sino también social, porque si no terminamos sobre utilizando recursos para quien no lo necesita e infra utilizándolos para quien más se beneficiaría.
P:¿Cómo se puede cambiar la percepción o esa "resistencia al cambio" de los gestores sanitarios?
R: El problema de los gestores del sistema y sus barreras no tiene que ver con una mala intención por su parte, sino con el modelo con el que son seleccionados y por el que se les mantiene en sus cargos.
En un sistema privado evidentemente es más fácil: se definen unos objetivos, si el gestor consigue los objetivos, bien. Si no los consigue, pues entonces corre peligro.
En el sistema público eso es mucho más incierto, hay muchísima más incertidumbre y eso hace que sea mucho más difícil para el gestor tomar decisiones que se salgan de la caja.
Relacionados
Los contenidos publicados en Gaceta de Salud han sido elaborados con afirmaciones, datos y declaraciones procedentes de instituciones oficiales y profesionales sanitarios recogidas por un grupo de periodistas especializados en el sector. Recomendamos al lector consultar cualquier duda relacionada con la salud ante un profesional del ámbito sanitario.