Las enfermedades cardiovasculares están detrás del 30% de las muertes en España. La Sociedad Española del Corazón (SEC) divide en tres las patologías relacionadas con este órgano más prevalentes: enfermedad coronaria, fibribrilación auricular e insuficiencia cardiaca. Si bien se necesita más innovación en todas ellas, en los últimos años se han producido la mayor parte de los avances en enfermedad coronaria, y el pronóstico de los pacientes ha mejorado de forma paralela mediante programas como el 'Código Ictus'.
Por tanto, más allá de la asistencia y la innovación terapéutica, el "gran reto" de la obstrucción de las arterias reside en la prevención y en la necesidad de concienciar sobre la importancia de un estilo de vida saludable, centrado en el ejercicio y en una dieta equilibrada. Así lo manifiesta el presidente de la SEC, Manuel Anguita, que también aplaude las novedades en los tratamientos de la otra de las patologías, la fibrilación auricular.
"Ha habido avances muy importantes. Los anticoagulantes orales de acción directa (ACOD), que llevan 10 años a nuestra disposición, han mejorado mucho la prevención del ictus relacionados con la fibrilación auricular", señala el doctor. Sin embargo, Anguita sentencia que el "desafío mayor" de su especialidad es la insuficiencia cardiaca. Solo en España, una de cada siete personas sufren esta patología, lo que suma un total de 800.000 pacientes. La mortalidad también es muy alta: fallecen el 10% de los pacientes ingresados, alcanzando el 20% al año siguiente del alta.
"La IC es el cáncer de corazón", asegura el cardiólogo. Según la SEC, la IC sucede cuando este órgano no es capaz de bombear suficiente sangre al resto del cuerpo. Normalmente ocurre por una cardiopatía o por una lesión valvular severa y las causas son, por lo general, "un infarto de miocardio grande que hace que muera un músculo nervioso y la sobrecarga crónica por hipertensión arterial", según explica el cardiólogo.
Con todo, los especialistas se muestran esperanzados con los avances farmacológicos que se han dado en los últimos años y que se han añadido al arsenal terapéutico tradicional. El primero de ellos es el sacubitril/valsartán, dos fármacos en un compuesto único que son inhibidores de la neprilisina . "El fármaco aumenta en sangre una sustancia que contribuye a que se elimine agua, sal y sodio por el riñon, y eso hace que no aparezcan los síntomas de la IC", explica.
Con esta enfermedad, además, el paciente se ahoga y tiene disnea, entre otras complicaciones. Así, este tratamiento contrarresta el efecto de la congestión y también reduce la muerte cardiovascular y la hospitalización respecto a los pacientes en tratamiento con enalapril, el fármaco tradicional.
Por otro lado, hace apenas un año se aprobó la financiación en España de Jardiance (empagliflozina), un fármaco desarrollado por la compañía Boehringer, pero comercializado junto a Lilly, y que ya tenía indicaciones previas para la diabetes tipo 2. Otro grupo que el cardiólogo ha puesto de manifiesto es la semaglutida, el famoso fármaco para controlar la diabetes tipo 2 y para la pérdida de peso. Un estudio llevado a cabo en pacientes con y sin diabetes, obesidad e insuficiencia cardiaca, ha demostrado que disminuye el número de episodios de la enfermedad.
Pero, más allá de estos tratamientos, los clínicos también esperan la aprobación de Kerendia (Bayer), indicado actualmente en España para insuficiencia renal crónica relacionada con la diabetes tipo 2. Los resultados positivos de este fármaco para insuficiencia cardiaca se han presentado en el Congreso Europeo de Cardiología, celebrado recientemente en Londres, y se han publicado en 'New England Journal of Medicine'.
Como señala el director médico de cardiorrenal de Bayer, Cristian de la Rosa, el fármaco se dirige a la IC con fracción de eyección preservada, que padecen el 50% de los pacientes, sobre todo personas mayores. "Esta indicacion es una indicación un poco huérfana, porque muchos productos y moléculas han tratado de mostrar resultados, pero, hasta ahora, no han sido positivos", remacha.
Pero, ¿Qué tienen en común la insuficiencia cardiaca y la insuficiencia renal? Tal y como explican desde Bayer, la fribrosis y la inflamación "son comunes en ambas patologías", por lo que el fármaco también es válido para las dos. Bayer espera la aprobación de la Agencia Europea del Medicamento para este uso en 2026 y la financiación en España para 2027.
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