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Las nuevas terapias contra la obesidad también reducen la huella ambiental

  • Los pacientes tratados con agonistas del receptor GLP-1 emitieron 0,25 kg menos de dióxido de carbono, según un estudio presentado en el Congreso de la ESC en Madrid
  • La investigación analiza el impacto en menores emisiones asociadas al transporte, la estancia hospitalaria y procedimientos médicos o en consumo calórico
Las nuevas terapias GLP-1 podrían ahorrar 2.000 millones de kilogramos de CO2 equivalente anuales

El impacto de las terapias con agonistas del receptor de GLP-1 no se limita a la mejora clínica de los pacientes con obesidad y diabetes. Una nueva investigación presentada hoy en el Congreso de la Sociedad Europea de Cardiología 2025 en Madrid, revela que su uso en insuficiencia cardíaca con fracción de eyección preservada también aporta beneficios ambientales al reducir la huella de carbono derivada de la atención sanitaria.

El estudio, liderado por el doctor Sarju Ganatra, director de Sostenibilidad y vicepresidente de Investigación del Hospital y Centro Médico Lahey (EE. UU.) y presidente de la organización Sustain Health Solutions, se centra en un aspecto apenas explorado: el doble valor de estos tratamientos, tanto en salud como en sostenibilidad.

El análisis confirmaría que la selección de terapias eficaces como los GLP-1 no solo mejoran los resultados en insuficiencia cardíaca y reducen la obesidad, sino que también contribuyen a mitigar el impacto ambiental de la atención sanitaria.

Según la investigación, los pacientes tratados con agonistas del receptor GLP-1 emitieron 0,25 kg menos de CO2 equivalente por persona al año en comparación con quienes recibieron placebo. Aunque esta cifra individual parece modesta, extrapolada a los millones de pacientes candidatos en todo el mundo a beneficiarse de estas terapias, representa un ahorro potencial superior a 2.000 millones de kilogramos de CO2 equivalente anuales.

Para dimensionar el impacto, apuntan los investigadores, hay que tener en cuenta que esta cantidad equivale a las emisiones de 20.000 vuelos de larga distancia en un Boeing 747 a plena capacidad o a las emisiones de toda la ciudad de Bruselas durante tres meses. También sería necesario plantar 30 millones de árboles y mantenerlos durante una década para lograr una compensación similar.

Además de las emisiones, el tratamiento se asoció con reducciones en la generación de residuos médicos y en el consumo de agua, reflejando un efecto positivo más amplio sobre la sostenibilidad del sistema sanitario.

Evidencia clínica y diseño del estudio

La investigación realiza un metaanálisis de cuatro ensayos clínicos aleatorizados y controlados: Select, Flow, Step HFpEF y Step HFpEF DM, todos ellos en pacientes con insuficiencia cardíaca con fracción de eyección preservada.

Entre los 1.914 pacientes tratados con agonistas de GLP-1 se notificaron 54 episodios de empeoramiento de la insuficiencia cardíaca, frente a 86 eventos en 1.829 pacientes con placebo. Esta reducción en hospitalizaciones y visitas médicas se tradujo directamente en menores emisiones asociadas al transporte, la estancia hospitalaria y los procedimientos médicos.

El análisis también mostró un ahorro adicional en emisiones debido a la reducción del consumo calórico entre los pacientes tratados, estimado en 695 kg de CO? equivalente menos por persona al año, lo que refuerza el vínculo entre la mejora clínica y la sostenibilidad.

"Mejor salud y un planeta más sano"

El doctor Ganatra subraya que la magnitud de los hallazgos es sorprendente: "Al combinar datos clínicos con métricas de evaluación del ciclo de vida ambiental, demostramos que las decisiones de prescripción pueden generar beneficios dobles: mejor salud para los pacientes y un planeta más sano".

El investigador planteó la necesidad de que los responsables políticos y los evaluadores de tecnologías sanitarias integren la sostenibilidad en la toma de decisiones, junto con la eficacia y la seguridad clínica. Esto podría influir en los marcos regulatorios, en las políticas de adquisición de medicamentos y en las recomendaciones clínicas a nivel internacional.

Limitaciones y próximos pasos

El estudio se basó en la modelización de datos previos y en estimaciones promedio de emisiones hospitalarias y farmacológicas. No incluyó variaciones individuales ni mediciones directas de la huella ambiental. Por ello, los autores señalan que el siguiente paso será validar los modelos con datos reales de emisiones y resultados clínicos, así como integrar el componente ambiental en el diseño de ensayos y en la regulación futura de medicamentos.

El sector sanitario genera alrededor del 5% de las emisiones globales de gases de efecto invernadero, lo que sitúa a la medicina en el centro de la estrategia de sostenibilidad planetaria. Este estudio es uno de los primeros en demostrar que la elección de un tratamiento farmacológico puede tener repercusiones ambientales medibles.

Para la práctica clínica, el mensaje es claro: al seleccionar terapias eficaces como los agonistas de GLP-1, los profesionales no solo mejoran los resultados en insuficiencia cardíaca y reducen la obesidad, sino que también contribuyen a mitigar el impacto ambiental de la atención sanitaria.

Los contenidos publicados en Gaceta de Salud han sido elaborados con afirmaciones, datos y declaraciones procedentes de instituciones oficiales y profesionales sanitarios recogidas por un grupo de periodistas especializados en el sector. Recomendamos al lector consultar cualquier duda relacionada con la salud ante un profesional del ámbito sanitario.

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